jueves, 3 de mayo de 2012

Qué nervios



¡Qué nervios vivió la afición esmeralda!
REDACCIÓN/VICTOR HUGO LARIOS ULLOA
NOTA PUBLICADA: 3/5/2012

Un gol tempranero apenas al minuto 8 y contra un equipo que de antemano se sabía que no iba intentar mucho al ataque, León y sus aficionados que viajaron por más de seis horas hasta la capital para toparse con una gran sorpresa, pues los Lobos BUAP salieron al campo con más que una buena corazonada.
Alentados por un Estadio Universitario repleto, los Lobos universitarios salieron a dar todo dentro del campo y en un abrir y cerrar de ojos, el marcador ya era adverso para los invictos esmeraldas, que por primera vez en el torneo, se vieron como boxeador tambaleándose contra las cuerdas y hasta algunos de los aficionados que hicieron el viaje, ya gritaban en defensa, “nos vemos en León”.

Con el gol en la frente de los casa, la estrategia del técnico Orduña, parecía se venía abajo y la afición de los Esmeraldas no cabía de alegría en medio de las rejas con las que rodean los rodeaban y ya cantaban con orgullo las tradicionales estrofas de José Alfredo Jiménez, aquellas que dicen que en León Guanajuato, “la vida no vale nada”.

Pero a los pocos minutos, como lo advirtió un aficionado de los de casa, “esto es una final” y el empate llegó a levantar el ánimo a los universitarios que por un momento dieron un aspecto sepulcral al nuevo estadio poblano.

Apenas asimilaban los panzas verdes el empate y ya se venía el vendaval de insultos y burlas, pues los Lobos daban la inesperada voltereta que motivó a los camoteros a desquitar la anterior rabia soltando comentarios como “están verdes”.

Los leoneses no la creían, después de una increíble temporada y durante el medio tiempo, ratificaron su condición de mandones en la Liga de Ascenso y soltaron la garganta, para demostrarle al estadio universitario, que al menos en la tribuna, la derrota no estaba cantada.

En el campo era orden poblano, contra el talento de los Esmeraldas, y en la tribuna era pasión de años, contra un equipo casi nuevo, al menos novato en la búsqueda de un campeonato.

Pero apenas arrancó el segundo tiempo, el alarido y la emoción regresó a la cabecera visitante, que más que quejarse por el maltrato de la organización local, decidió alentar con todo a los suyos, que dentro del campo, sudaron la camiseta, como en el graderío exigían los aficionados.

Fue así como cayó el 3 a 2 y el partido se ponía tenso. Cada arribo y cada patada iba acompañado de un rabieta de algún aficionado en la tribuna, pues estaba más que claro que esto aún no terminaba.

Pero cuando Luis Montes firmó el tercero para la Fiera, ni el sonido local en el Estadio Universitario pudo levantar el ánimo casi sepulcral que se adueñó del graderío, pues vieron cómo el equipo guanajuatense con muchas agallas logró igualar las cosas dejando el final de la historia en busca de la corona para el sábado en el Estadio León, que es más que sabido, estará a reventar y con la afición volcada.

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