lunes, 14 de mayo de 2012
Cualquier lugar fue bueno
Cualquier lugar fue bueno para idolatrar al equipo León
DEPORTES • 14 MAYO 2012 - 12:56PM — DANIEL MARTÍNEZ
La afición tomó posesión de todos los espacios por donde la caravana de sus ídolos pasó, disfrutaron con ellos la victoria y las lágrimas quedaron atrás
LUIS NIEVES FESTEJA CON LA GENTE LUEGO DE HABER SIDO UN FACTOR IMPORTANTE EN LA LIGUILLA
León, Gto • Una plaza principal repleta como nunca antes y pintada de verde. En la memoria de los leoneses no hay un registro de una euforia así, ayer fue un día histórico, los festejos pro el equipo esmeralda revivieron la pasión verdiblanca.
Antes de que el camión con los jugadores a bordo llegara a la Presidencia Municipal los aficionados ya habían tomado la zona peatonal.
De poco sirvieron los lazos amarrados en los postes para impedir el paso de los hinchas, los jardines fueron ocupados por las porras, pero todos querían tener el mejor lugar.
La plaza era una multitud verde que demostraba su apoyo al club León, que gritaba, que saltaba, que cantaba, era como llevarle serenata a la novia y querer cantarle muy fuerte para demostrarle el afecto.
Los jugadores llegaron y la plaza se convirtió en un manicomio, la locura total con el agitar de banderas.
No había para donde moverse, ningún festejo del grito de independencia se asemeja a los festejos del equipo León.
Miles de hinchas inundaron el centro histórico de la ciudad futbolera.
Los más ágiles se trepaban a las casetas del municipio, 15 personas en el techo de la caseta de afiliación para policías estuvieron a punto de vencer la estructura, ellos eran los privilegiados para ver a sus jugadores.
Los postes de las farolas también fueron ocupados por los seguidores de los Esmeraldas.
A ras de piso los aficionados buscaban la mejor perspectiva, los únicos espacios vacíos eran en donde los árboles impedían la visibilidad.
En los alrededores de la plaza, la fanaticada se dejaba sentir desde los balcones de los bares.
Los aficionados rezagados continuaban arribando a la plaza, y todos los fanáticos se rendían ante las palabras de sus ídolos, aunque el equipo de sonido no dejaba entender a la perfección lo que decían.
Los jugadores se metieron pero la afición seguía gritando. El equipo León reconquistó a su público.
Cerraron las puertas de los balcones de la casona municipal pero los cánticos seguían, la porra esperó hasta que en el sonido anunciaron que la fiesta continuaba. Era momento de regresar al campo de batalla, los jugadores regresarían al estadio.
Así comenzó el éxodo de seguidores, rumbo al Nou Camp. Los festejos continuaban y la alegría no paraba, el León ha regresado.
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