domingo, 13 de mayo de 2012
Paso a pasito
Paso a pasito
Escrito por José Carlos Rodríguez
Domingo, 13 de Mayo de 2012 03:00
Gustavo Matosas nos llevó paso a pasito hasta tocar el cielo.
El timonel de La Fiera no se creyó el haber ascendido hasta que el silbante central pitó el final del partido. Ya estaba goleando, ya faltaban 10 minutos y nadie le iba a quitar el ascenso. No obstante, Matosas no dejaba de gritarles a sus jugadores que pelearan cada pelota, que agobiaran al rival desde la salida y regañó a más de dos ellos por no seguir sus indicaciones.
Y es que Matosas siempre fue fiel a su filosofía, la del ‘paso a pasito’. Para Matosas, el partido del fin de semana siempre fue el más importante. Respetó y fue diplomático con cada uno de sus rivales. El timonel uruguayo nunca se fijó en la estadística, es más, tal vez apenas la semana pasada se dio cuenta que terminó el Torneo de Clausura 2012 de forma invicta.
Luego del juego del miércoles, donde su rostro reflejó preocupación al concretarse la derrota contra Correcaminos en el juego de ida de la Final de Ascenso, Matosas salió ayer a la banca ciento por ciento dispuesto a dirigir el mejor partido de su vida.
A diferencia de Ignacio Rodríguez, técnico del Correcaminos, Gustavo Matosas nunca se sentó en el banquillo. Incluso, podríamos decir que fue el partido en donde más ansioso y gritón se vio.
Siempre guardando el respeto para su afición al vestirse de saco en los partidos de local, Matosas ayer no paró de gritar, no dejó de mover sus brazos, de indicarles a sus jugadores lo que tenían que hacer.
Vino el gol del ‘Gullit’, luego el de Nieves, llegaron el de Pacheco y los de Burbano, pero Matosas no cejó en su empeño para que sus Esmeraldas dieran el máximo esfuerzo… lo mínimo que tenían que dar en un partido como el de ayer.
El silbante no repuso nada de tiempo, no había porqué hacerlo, y en cuanto concretó con su ocarina el ascenso del León, Matosas fue abrazado por sus auxiliares, pudo caminar sólo unos cuantos metros y el festejo siguió.
Luego Matosas no pudo más. Como si fuera una olla exprés salió de él toda la euforia, la alegría y la pasión contenida a lo largo del torneo, a lo largo de la Liguilla y a lo largo de los dos juegos de la Final de Ascenso.
Bañado por sus jugadores cual si fuera coach de la NFL, Matosas con la playera de campeón en mano, comenzó a gritar. Exclamaciones a la tribuna, al cielo, a donde fuera: Matosas lo sabía, había ascendido al León.
Sus brazos abiertos, su rostro al cielo y un grito demasiado fuerte para celebrar el triunfo definitivo, para gozar del último paso de una filosofía que supo impregnar en sus jugadores, en los periodistas y en la afición.
En entrevista, Matosas puso su permanencia en el equipo en manos de la familia Martínez, dueña del club verdiblanco. “El León tiene la primera mano”, dijo Matosas dejando en claro que esta ciudad es su casa, “aquí me han tratado bien, ahora hay que cuidar a este equipo y formar un equipo cañón”.
Sí Gustavo, Sí Matosas. Quédate y demuestra que eres un técnico de primera para un equipo de primera, tal y como lo es el León.
SE QUIERE QUEDAR
Sin duda alguna, esta ha sido la mejor experiencia que ha vivido Matosas en el futbol mexicano.
“Me encanta León, estoy fascinado con León, estoy agradecido, estoy feliz.en León. Me quiero quedar acá, diez años me quiero quedar”, señala el estratega uruguayo felizmente ayer al término del encuentro, el cual celebró y vivió con intensidad porque sabía que se tenía que remontar el marcador.
Matosas al final celebró con los jugadores y fue bañado.
A pesar de que el contrato de Matosas terminó ayer, él se encuentra en la mejor disposición para seguir al frente del equipo, ahora ya en esta nueva aventura llamada “Primera División”.
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