miércoles, 2 de mayo de 2012

Cuentas pendientes



Cuentas pendientes
DEPORTES • 1 MAYO 2012 - 10:57AM — JULIO SAUCEDO
Orduña planeó y organizó la fiesta que utilizó el club para justificar los malos resultados en el último torneo que estuvieron al frente los Batarse. Hoy en la final, esmeraldas se vuelven a encontrar con el Millonario Orduña

ENTRENAMIENTO EN EL ESTADIO LEÓN.

León,Gto • Un año y medio después regresa al estadio León el autor intelectual de la fiesta de Comanjilla: Sergio Orduña, en su momento, técnico de los verdes.

Aquella fiesta fue provocada para hacer estallar la “bomba” en el cubil esmeralda en el Apertura 2011 y justificar así a sus dueños y culpar sólo a los jugadores del mal momento que vivía el club.

El León vivía uno de sus peores torneos, no ganaba, de 15 puntos sólo sumaba uno, la afición reclamaba y la directiva, BH Capital, había invertido una fuerte cantidad de dinero y no veía resultados. Tenía que haber un culpable, ¿quién?

Muchos se preguntaban por qué el León pasaba por ese agrio momento futbolístico, cuando un torneo atrás había jugado la final, ¿por qué?

Había muchas preguntas y nada de respuestas. Nadie se explicaba qué pasaba con el equipo subcampeón. Se había reforzado con el delantero panameño Blas Pérez y con el máximo goleador de la selección mexicana, Jared Borgetti.

Los esmeraldas estaban en el fondo de la tabla e incluso, a la jornada dos ya habían cesado a José Luis Salgado, quien los había llevado a la final el torneo pasado; él, no era el culpable porque ni con su salida se recuperó este León, ¿qué pasaba?

Semanas después, para la jornada 4, llegó al rescate Sergio El Millonario Orduña, quien ya tenía en su palmarés un ascenso al máximo circuito, parecía que se había encontrado la solución al mal esmeralda, pero no fue así, tampoco logró salvar el barco, al contrario, terminó por hundirlo.

Orduña no halló la solución, pero creó al culpable: Los jugadores.

Organizó, junto con Abraham Batarse (propietario del equipo), una fiesta, la cual operó su cómplice: Emilio.

El club convocó a los medios de comunicación para demostrarle a los seguidores esmeraldas por qué el León no ganaba, para de esa manera dar un culpable a la afición y salvar a los directivos, que no hallaban salida a las críticas.

Así fue operada la fiesta por Emilio:

Una reunión en Lomas de Comanjilla sólo para jugadores, sin que hubiera nadie del cuerpo técnico, para cerrar filas y encarar la segunda parte del torneo de la mejor manera.

La “reunión” comenzó cerca de la cinco de la tarde y se alargó hasta altas horas de la noche, donde ya había mujeres, música norteña en vivo y alcohol.

A las diez de la noche el cómplice hace contacto con el jefe de prensa, en aquel momento, José Juan Vázquez para hacer el llamado con los diferentes medios de comunicación y citar los reportaros al estacionamiento del estadio.

Los periodistas asisten a la cita buscando la noticia, imaginando que habría cambio de técnico o alguna cosa similar por los malos resultados.

Sin embargo, Emilio recibió a los reporteros, los subió a varios automóviles, les pidió sus aparatos de comunicación y los llevó a las afueras de la ciudad.

Con muchas dudas los reporteros lo cuestionaron, que a ¿dónde iban?, él se comenzó a confesar y les explicó en el camino que iban a ver el por qué el León no ganaba, quiénes eran los culpables del mal esmeralda.

Al llegar a Lomas de Comanjilla les abrió la puerta de la casa 24 y les dice “ahí está el problema”. Los jugadores del Club León, que sumaban apenas un punto de 15 en el torneo, andaban de fiesta.

Cuando los jugadores se percatan de los medios de comunicación huyen, algunos se quedaron dentro de la casa mientras que otros “brincaron barda”.

A fuera de la casa estaban los autos de Jared Borgetti, René Ruvalcaba, Julio Ceja, entre otros.

Para terminar con el reporte del fiestón esmeralda, Emilio dio una lista a los reporteros señalando a todos los jugadores que ahí estaban y ellos eran: Julio Ceja, Nicolás Ruvalcaba, Jared Borgetti, Ignacio González, Pablo Bonells, Odín Patiño, Aldo Polo, Francisco Pizano, Hibert Ruiz, Paul Uscanga y Omar Roldán, ex delantero del León y en aquel momento, elemento del Querétaro.

Al siguiente día, el presidente de la institución, Abraham Batarse, “molesto” señaló que iba a haber sanciones económicas. Jared Borgetti se lavó las manos, culpó a sus compañeros y dijo que su camioneta la había prestado.

Hibert Ruiz dijo que no habían ido mujeres a la “reunión”.

La fiesta fue el miércoles 18 de agosto del 2010, en el fin de semana (sábado 21 de agosto), el León enfrentó a los ya extintos Guerrero de Hermosillo, ya con los culpables de los malos resultados expuestos; los verdes volvieron a perder y Sergio Orduña se fue.

El Millonario, autor intelectual de la reunión, estuvo tres partidos al frente de la Fiera, no ganó ninguno, pero halló a los culpables.

Semanas después, para la jornada 8 llegó la verdadera cura, Luis Carlos de Oliveira Pintado, un técnico completamente desconocido, pero logró sacar el barco a flote e hizo olvidar todo lo pasado. Trajo los buenos resultados, el León dejó los últimos lugares y lamentablemente se quedó a un gol de entrar a la liguilla.

De aquel plantel aún están en el equipo: Alejandro Corona, Edwin Santibáñez, Julio Ceja e Ignacio González.

El sábado vuelve al estadio León Sergio Orduña, año y medio después de la fiesta que organizó.

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