viernes, 27 de enero de 2012

Fallece don Bernardo


Fallece don Bernardo de la Serna
NÉSTOR GALINDO
NOTA PUBLICADA: 27/1/2012

Bernardo De la Serna, ícono de la narración deportiva en León, dio ayer su Silbatazo Final.

El cronista colombiano nacido el 1º de septiembre de 1941 en Cali, falleció ayer a las 3:30 de la tarde mientras tomaba una siesta en su casa, en su tierra, en el León que lo acogió hace casi 31 años.

Una afección cardiaca y las complicaciones físicas que lo aquejaron desde mediados del año pasado le pasaron factura. Le sobreviven cinco hijos: Giovanni, Jimmy, Jacqueline, Jeveny y Adrián.

“Legó a México (en 1981) con una gran dificultad, llegó con sus cuatro hijos, separado de su mujer, sin dinero y dispuesto a volverse a levantar en un País que no conocía y lo logró”, recuerda Norberto Gasque, otro veterano del periodismo deportivo.

Era especialista en ciclismo y en la narración de carreras atléticas. De su infancia y juventud tomó el gusto por estos deportes, aunque en México adoptó al futbol como otra pasión. Luego, al llegar a León en 1985, los Esmeraldas se convirtieron en el equipo de sus amores y sus dolores, como recuerda Gasque.

“Nadie sabía tanto de ciclismo como ‘El Chaparro’, sólo otro bueno como Fortino de Jesús Medina (q.e.p.d.) podía ponerse al tú por tú con ‘El Chaparro’”, añade Gasque, su compañero de aventuras y micrófonos.

De la Serna narró para radio todo tipo de competencias ciclistas. Desde la Tour Francia hasta la Vuelta a México. Recorrió el País entero y en cada meta se ganó un amigo.

Amable siempre, en 1986 soportó el dolor por la muerte de su hijo.

“La muerte de mi hijo (Isaías, el mayor) en abril de 1986 me marcó muy duro porque yo tenía fincadas muchas esperanzas en él. Le faltaba un año para culminar su carrera de Medicina”, recordó el propio De la Serna en una entrevista publicada por a.m. en 2007.

“Sepulté a mi hijo el 19 de abril del 86, regreso a León el 20 por la noche y al día siguiente estábamos volando a Tijuana (con Norberto Gasque) para narrar una carrera de ciclismo. Yo narraba todo el día y por las noches lloraba… eso sí, después agarraba el micrófono y lo tomé como algo divino porque nunca interrumpí mi vida profesional. Cualquiera se derrumba”, añadió entonces el colombiano.

En Tolima, a los 21 años, había sido maestro de primaria y director de una escuela. Enamorado de la cultura mexicana, vivió en Costa Rica en los 70s’, ya como cronista, y en 1981 se aventuró en auto para llegar a México junto a dos de sus hijos.

“Yo llegué a México el viernes 1º de octubre de 1981 y al otro día yo estaba narrando un circuito en la Alameda Central en una Clásica del periódico La Prensa, y pensé en este País porque yo de muy joven tenía una fascinación por lo mexicano, principalmente su música, incluso yo allá en Colombia cantaba ‘Caminos de Guanajuato’ sin imaginarme que aquí iba a vivir tan cerca de Cristo Rey”.

Norberto Gasque, su jefe en Radio Acir, lo envió en 1985 como líder de la cobertura deportiva en León. De la Serna llegó a la ciudad con su enorme pasión por el ciclismo y con un novedoso producto bajo el brazo: Silbatazo Final, el programa de radio que se ha mantenido por casi 30 años, en el 1030 de AM.

Todavía ayer, sólo dos horas después del deceso, amigos y colaboradores forzaron su voz al aire. “No sabemos si es el último programa de Silbatazo Final que se realiza”, lanzó Alfonso Quirarte en la entrada de la emisión.

Las reacciones por su muerte incluyen a prácticamente toda la comunidad deportiva. Desde los atletas (narró alrededor de 20 ediciones del Maratón Independencia), hasta los ciclistas y los futbolistas que vio crecer, triunfar y llorar.

“Gracias, muchas gracias”, fueron sus últimas palabras al aire, en la emisión de Silbatazo Final el miércoles. Hoy, sólo queda el eco de su voz, reflejado en las emociones de miles, quizá millones de aficionados.

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