Se va otro grande

Se va otro grande del balompié esmeralda
JUAN PABLO RAMÍREZ ABDO/JULIETA MÉNDEZ
NOTA PUBLICADA: 4/6/2012

Abel Ramírez Herrera, uno de los jugadores fundadores del equipo León en 1944, falleció el pasado sábado a las 11:50 de la noche en su casa a los 90 años de edad víctima de neumonía.
Desde hace cuatro años comenzó a tener problemas físicos y mentales que terminaron afectando sus capacidades para caminar en los últimos meses y pérdida de la memoria, así como incapacidad para hablar.

Su vida, dedicada al futbol desde su infancia, inició a los cinco años cuando fue mascota del León Atlético y a partir de ese momento estuvo conectado directamente con el mundo futbolístico hasta 1960.

Como futbolista se inició en el Unión de Curtidores, hasta 1937, cuando descendió a la Segunda División y se fue a la Ciudad de México a probarse con varios equipos, entre ellos Atlante, Necaxa, Asturias y Marte, siendo éste último en el que se quedó junto con su amigo Rodolfo Moncada.

Permaneció en ese club hasta 1942, año en el que resultó campeón. Regresó al Unión de Curtidores un año después y en 1944 inició su historia como defensa esmeralda, formado parte del equipo fundador.

Para la siguiente temporada fue prestado al equipo España y hasta finales de 1946 regresó al conjunto del León, pero como preparador físico y encargado de las reservas.

Tras haberse adentrado en el mundo de la dirección técnica, la preparación física y la administración de clubes durante su estancia en el España, volvió a León con nuevos conceptos que llevó a la práctica y le valieron ser designado entrenador de la Selección Mexicana que participó en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 por la Federación Mexicana de Fútbol.

Otra participación destacada que tuvo con el representativo nacional fue haberlo dirigido en el torneo Panamericano de Chile en 1952, aunque este equipo era básicamente el León, incluidos los argentinos Alfredo Costa y Antonio Battaglia, quienes se naturalizaron.

Don Abel Ramírez Herrera dejó a cinco hijos: José Antonio Abel, Sergio Agustín, Luis Ernesto, Carlos Mauricio y Alejandra del Carmen, quienes le dieron 12 nietos y un bisnieto. Sus cuatro hijos viven en León, mientras que su hija está en Edimburgo, Escocia.

Nacido en León, Guanajuato, el 29 de julio de 1921, Abel se casó con María Magdalena Rodríguez Ramos, quien falleció en diciembre de 1989.

Juntos vivieron en León hasta 1954, cuando se mudaron a Torreón, Coahuila, para que Abel entrenara al naciente equipo de la Laguna. De ahí se fueron a Monterrey en 1960 y permanecieron 11 años, luego se trasladaron al Distrito Federal hasta 1988 y volvió a León en 1989, donde permaneció hasta su muerte.

‘Deja gran ejemplo’

Familiares y amigos despidieron entre aplausos al gran Abel Ramírez, durante la misa de cenizas presentes que se realizó ayer por la noche en la funeraria Eternity de esta ciudad.

Uno de los máximos referentes de la historia del conjunto verdiblanco, falleció el a los 90 años producto de complicaciones en su salud. Padecía de neumonía.

Cuatro de sus cinco hijos lo acompañaron junto a varios de sus nietos. José Antonio Abel, Sergio Agustín, Luis Ernesto y Carlos Mauricio esperarán un par de semanas la llegada de Alejandra del Carmen desde Escocia, para definir el lugar en el que depositarán las cenizas de su padre.

Este lunes se llevará a cabo la primera de tres misas en honor a Don Abel en la Parroquia de San Juan de los Lagos. Todas están programadas para las 8 de la noche.

José Antonio Abel, el mayor de todos sus hijos, recordó el compromiso y la entrega que su padre tuvo tanto para su familia y amigos, como para el Club León.

“Dejó un gran ejemplo de vida, muchos amigos y gente que lo quería porque siempre se caracterizó por entregar todo. Prácticamente vivimos y crecimos de la patada”.

“Mostró su compromiso y el amor a sus seres queridos y la camiseta que portó en todo momento, pero ahora ya se encontró con el señor, tenemos que estar contentos y alegres por una vida entusiasta que hizo el bien”.

De la generación fundadora del Club León, únicamente sobrevive otra leyenda que recientemente celebró su cumpleaños 90, Alfonso el ‘Capi’ Montemayor.