sábado, 5 de mayo de 2012

Pare de sufri



Pare de sufrir, León no es el único que sufre
DEPORTES • 4 MAYO 2012 - 10:53AM — ALBERTO GONZÁLEZ
El deporte está lleno de historias de triunfo o derrota, de alegría y frustración pero todas coinciden en seguir adelante a pesar de pasar por los momentos más complicados

LA AFICIÓN DEL LEÓN LLEVA DIEZ AÑOS SIENDO FIEL Y ESPERANDO EL ASCENSO DE SU EQUIPO A PRIMERA DIVISIÓN.

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León,Gto • El juego aún no termina. Nada está definido. El sábado la historia tendrá un final feliz o un desenlace que nadie querrá recordar.

Los aficionados esmeraldas se sintieron acorralados otra vez por los fantasmas del pasado en el primer episodio de la final ante Lobos, pero fueron respaldados por un equipo garra y corazón.

El León volvió a sufrir, se sintió amenazado por la maldición que lo persigue. El sufrimiento de la afición leonesa no es único en el mundo.

10 años de fracasos aparentan ser una larga espera, pero es apenas una diminuta fracción de tiempo para los seguidores de los Chicago Cubs que ya llevan 104 años esperando un campeonato.

¿Qué es la ansiedad esmeralda comparada con los 64 años de los Indios de Cleveland sin ganar un solo título, o los 45 de los Toronto Maple Leafs?

Y qué decir de los 61 del Atlas de Guadalajara y los Kings de Sacramento. Los 43 años del Newcastle sin ganar un título o los 52 de los Philadelphia Eagles.

O los 17 años que el Correcaminos lleva en busca de la misma hazaña que el León, regresar a Primera.

No cabe duda que la frustración aumenta cuando se pierde estando tan cerca de cortar la sequía, la fiera ha caído en tres finales de ascenso y una promoción, pero de la misma manera grandes leyendas del deporte han quedado cortos en el intento de regalar a sus equipos una nueva cara victoriosa.

Jim Kelly perdió cuatro Super Bowls consecutivos con los Bills de Buffalo; Fran Tarkenton fue incapaz de darle a la ciudad de Minnesota un trofeo Lombardi en tres intentos.

En el fútbol, nada más frustrante que La Naranja Mecánica liderada por Johan Cruyff que fracasaría en su búsqueda por conseguir el campeonato del mundo.

En la NBA Karl Malone y John Stockton tuvieron la posibilidad en dos ocasiones de arrebatarle un campeonato a Michael Jordan, no obstante el Jazz se quedó con las manos vacías, al igual que las vitrinas en Utah.

Y no sólo eso, la fanaticada leonesa ni siquiera está sola en la mala reputación que el vandalismo ha acarreado.

En junio de 2011, después de la derrota de los Canucks de Vancouver en la Stanley Cup, un grupo de vándalos expresó su hartazgo de manera violenta al desatar un zafarrancho en el que al menos 140 personas resultaron heridas: vehículos incendiados y negocios destruidos dejaron escombros tan o más difíciles de limpiar de lo que ha sido el no poder levantar la Copa en 42 años.

Pero hay un lado brillante.

Cuenta la historia casos ejemplares de perseverancia en los que estos equipos con historial negativo no se cansan de luchar, no se cansan de intentarlo, mantienen la esperanza y consiguen su anhelado sueño.

En junio de 2010 los Chicago Blackhawks de hockey llegaban a otra final rodeados de los fantasmas de cinco finales perdidas, se jugaba el tiempo extra de una reñida serie ante los Flyers que llegó a seis partidos cuando Patrick Kane arrojaba el bastón al aire después de su anotación que terminaba una racha de 49 años sin una copa.

En el baseball la más famosa y emotiva historia fue protagonizada por los Red Sox. Era el Campeonato de la Liga Americana de 2004, el equipo de Boston estaba abajo en la serie por 3-0 contra sus archirrivales de Nueva York, pero no se dieron por vencidos y acompañados de un enorme corazón lograron regresar para derrotar a los Yankees 4-3.

Su victoria posterior en la Serie Mundial contra los Cardenales destruiría la supuesta maldición del Bambino (Babe Ruth) que duró 86 años.

En 2007 la novena de Boston se proclamaría como la mejor del mundo de nueva cuenta.

Una más. En 2011 Nueva Zelanda arrastraba 24 años sin coronarse en la Copa Mundial de Rugby. Al ser éste el deporte más importante en el país, los All Blacks representaban la ilusión de toda una nación que había pasado un año difícil por los terremotos.

Había mucha presión pero se sobrepusieron y encontraron camino hasta la ronda final, donde enfrentaron a los franceses igual que en 1987, el resultado sería el mismo, los neozelandeses podían bailar el Haka con más orgullo que nunca tras vencer 8-7.

Hacia 1996 John Elway había perdido tres Super Bowls a la edad de 36 años, parecía que sus oportunidades habían terminado, sin embargo en la recta final de su carrera guió a los Broncos de Denver a los dos campeonatos que ha obtenido la franquicia.

En 2010 los Gigantes de San Francisco acabaron una racha de 52 años de sequía en las Grandes Ligas de Baseball.

Manchester City, en el fútbol inglés, tuvo que esperar 35 años para ganar cualquier competencia en 2011 cuando fue campeón de la FA Cup.

El actual monarca del fútbol mexicano Tigres, acabó su sequía de 29 años en el Apertura 2011.

Todos tienen algo en común, son amigos del mismo dolor, de la misma esperanza y aunque ya hayan pasado diez años de tristezas y lágrimas, el dolor de los aficionados esmeraldas, que siguen fieles, no es el más longevo y quizá no sea tampoco el más profundo.

Los fantasmas aparecieron por un momento en Puebla, pero el León luchó y están de pie con la posibilidad de plasmar su propia historia en el libro de los deportes, la pregunta es ¿cómo la escribirá?

¿Seguirá con la tinta de los Cubs y compañía? ¿Tomará el cincel que John Elway, David Ortiz y Patrick Kane se atrevieron a usar para grabar el comienzo de una nueva era de victorias? ¿Desparecerá los mitos como la maldición del Bambino?

¿Pondrá punto final este sábado con un triste desenlace o sólo pondrá punto y seguido para escribir un final feliz y cerrar un pasaje de diez años?

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