martes, 28 de agosto de 2012

Ánimo Burbano



Ánimo Burbano
DEPORTES • 28 AGOSTO 2012 - 12:09PM — FRANCISCO VELA (@PACOVELA)
El mediocampista colombiano no pasa por su mejor momento en el León, está lejos de su mejor versión futbolística pero llama más la tención su mal estado anímico.

HERNÁN DARÍO BURBANO EN LOS ÚLTIMOS DÍAS

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León, Gto. • No es el mismo Burbano de antes. Imposible mencionar su nombre y no recordar la alegría con la que juega al futbol y la verticalidad de sus embates. La última vez que se le vio jugar era descarado y siempre orientado a la portería; le pintaba la cara al que tuviera enfrente y rara vez daba un pase para atrás o hacía un recorte demás.

Como seña particular: es muy veloz y porta una playera del León con el número 1 en la espalda. Si alguien lo ve favor de marcar al club León, o a Gustavo Matosas. Díganle que lo están buscando.

Y es que desde el juego contra el Campeón, Santos Laguna, el 1 verdiblanco perdió la brújula y lo que era el arma más punzante de la fiera comenzó a perder su filo.

Con el pasar de los juegos, y tal vez porque ya saben a que juega, porque las patadas lo han mermado, pero sobre todo porque no se le ve feliz, el Burbano que conocía el Club León ha dejado de intentar ir al frente. Ahora de todas, todas, juega hacia atrás y con poca orientación a la portería.

Cierto es que no pasa por su mejor forma física y que viene trabajando a doble sesión para regresar al 100 por ciento pero sin embargo no se le ve la misma alegría como cuando él tomaba la pelota.

Todo fue más evidente, más claro, el pasado viernes ante Monarcas, donde rara vez fue la ocasión que se le vio desbordar y en la que logró llegar a línea de fondo, dentro del área grande, se vio tan sorprendido que regresó a su estado natural de los últimos tres partidos: Recortó para atrás y se perdió el peligro. Más de alguno de sus compañeros le recriminó esa jugada.

Algo no funciona como antes y ahora Burbano patea con el desánimo y el hastío como motivación.

Aunado a lo lejano que está de la portería rival, está ausente de las laterales y carente de la explosividad que le caracteriza, también tuvo una oportunidad más al cobrar las pelotas paradas en el partido pasado.

El resultado fue el mismo: una a una las pelotas que lanzaba se estrellaban contra la barrera y otras se quedaban cortas, no sólo de ofensores si no hasta de defensores.

Con 24 años recién cumplidos, Hernán Darío Burbano dejó atrás por primera vez su tierra. Salió de su país y en Caloto se quedó su hijo y la calidad de vida casera que le rodeo toda la vida desde hace 9 meses que salió de Colombia y no hay nadie más que le acompañe en este país que no sea él mismo.

Burbano se ha aislado, le cuesta familiarizar como al resto de sus compañeros y se recluye en su casa. No interactúa ni si quiera con su paisano Loboa, con quien se le ve mucho más tiempo. La única actividad que hace en esta ciudad es jugar al futbol y tal parece que no le está llenando del todo lo que en este momento está viviendo.

Gustavo Matosas salió a su rescate y culpa a los rivales del mal momento que vive su jugador; la razón que da el entrenador es que han estudiado a qué y cómo juega el León, y que han encontrado el candado para evitar que el colombiano haga su futbol.

Sin embargo no ha sido las pelotas que pierde cuando encara si no las que toca lateral o va para atrás las que llaman la atención.

“Puede haber algo de eso, vi que Hernán no tuvo su mejor partido pero bueno; los rivales también lo han escalonado, lo espera el volante y el lateral y tratan de hacer una marcación con más de un hombre sobre él, entonces lo que corresponde ahora es buscar variantes para cuando eso suceda; algún hueco tiene que haber porque sí hay dos ahí, en algún lugar falta alguno”, señaló Gustavo Matosas.

Agregó, “creo que a veces el escalonamiento que le hacen a él lo obliga a ir hacia en medio o a buscar paredes. Lo hablamos con él, le pedí más dirección hacia la portería pero bueno a veces no se puede y él tampoco puede abusar en hacer una jugada para él en lugar de apoyarse. Hay que tener las armas como para si sucede eso”.

Explicaciones puede haber muchas, pero nadie puede negar, ni su mismo entrenador, que Burbano ya no sonríe cuando juega al futbol.

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