jueves, 3 de mayo de 2012

Aficionados al borde del ataque


Foto: Eduardo Maceira / Noticias Vespertinas

Aficionados al borde del ataque

Los aficionados sufrieron y en serio en las tribunas.
Sufren por igual seguidores de Lobos y León con un cardiaco encuentro
Noticias Vespertinas de El Sol de León
3 de mayo de 2012

Luz Elena Argote

PUEBLA, Pue.- Las cemitas de milanesa con papas y queso fundido nos dieron la bienvenida. ¡Estábamos en Puebla! Y su deliciosa comida es inconfundible.

En el hermoso estadio de Lobos BUAP, no se venden las tradicionales tortas de jamón como en la mayor parte de la República Mexicana, no, aquí son las cemitas y mientras los vendedores estaban a la caza de aficionados hambrientos, en la cancha salían a calentar los jugadores, primero aparecieron los del León y las rechiflas no se hicieron esperar, aunque inmediatamente el ambiente cambió radicalmente por aplausos cuando salieron a la cancha los jugadores de casa.

Y mientras calentaban, algunos adoloridos y despechados aficionados gritaban a todo pulmón ¡cómo olvidarte!, de la arrolladora Banda El Limón, canción que tocaba el sonido local, mientras le daban un trago al vaso con la cerveza bien helada, perfecta para el calor que se dejaba sentir a esa hora.

Un lobo y tres lobitas de pronto aparecieron, bailaban.

En las plateas correspondientes a la prensa había problemas porque muchos aficionados se sentaron sin tener acreditación y así entre alboroto y algarabía comenzó el partido, pero también comenzó el estrés y la pasión.

¡Hijo de pu...! ¡Ratero! Gritaron varios hacia el palco donde se encontraba la plana mayor del Club Pachuca y propietario del equipo León, cuando los visitantes, a través de Nieves, se habían encargado de mover a su favor el marcador.

Pero de la frustración, la mayoría de los asistentes se fueron al éxtasis con los tres goles que casi muy pegaditos concretó Jaír García, sí, otro ex jugador Verdiblanco que se suma al club "¡anótale al León!".

n Al borde del ataque

La mayoría estaba al borde de su butaca, ya nadie comía, nadie despegaba los ojos de la cancha, pues en el segundo tiempo, la Fiera reaccionó y empató a base de muchas amígdalas un juego que parecía perdido.

Y comenzaron las llegadas continúas a los dos marcos. ¡Pu...! Gritaban cada vez que Melitón Hernández despejaba el balón con el fin de ponerlo nervioso, tal y como se vio en la primera parte, aunque ya no funcionó.

Al final, ambos cuadros terminaron empatados y la afición salió contenta por el espectáculo, pero muchos con la presión alta por tantas emociones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario