Pablo Rodríguez. Foto: Omar Ramírez
Los aficionados del León están en duda, o compran un boleto o llevan el gasto a la casa.
Por MANUEL ÁLVAREZ GUEVARA
Publicada el 11/21/2012
El costo de los boletos para asistir al estadio en la semifinal del León ante Tijuana ha ocasionado cierta desilusión entre seguidores verdes, quienes afirman que tienen dos opciones, comprar las entradas o comprar pañales y leche.
Los boletos para el juego ante Tijuana de este jueves cuestan 250 pesos en las cabeceras, 450 pesos en Preferente y 600 pesos en la Zona A.
Adrián Muñoz gana mil 200 pesos a la semana apoyando a una empresa que organiza eventos sociales, la única opción para apoyar a los verdes es ponerse la playera desde hoy, porque esta vez, no habrá dinero para el boleto.
“Si está caro, compro los pañales y la leche de mi niña o voy al futbol y no creo que estar en el estadio sea una mejor opción”, dijo el seguidor de los verdes con desconsuelo.
“Se le está olvidando a la directiva que la afición es parte importante para este paso del equipo, qué pasa, que todos los que hemos estado en las buenas y en las malas, acompañando al equipo por diez años en la Liga de Ascenso, luego hacemos un esfuerzo en la temporada para estar ahí, pero ya en finales es imposible por el costo”, dijo Adrián.
Ya resignado a no estar el jueves, su única salida es la televisión, “pues ni modo, ahora en casita, porque la verdad no tengo tan poquita vergüenza como para irme al estadio y hacer batallar toda la semana a mi esposa y a mi hija”.
“En una ida al estadio, sin duda te vas a gastar la mitad del sueldo”, aseguró el aficionado, quien considera los transportes, lo que se come y bebé dentro del estadio.
Duele gastar
Pablo Rodríguez trabaja en un puesto de tacos, desde antes de las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde lava los platos, surte los refrescos y hace mandados, además de mantener llenos los recipientes de salsas y servilleteros.
“Si voy al estadio tengo que pagar lo de tres días de trabajo nada más para eso, sin contar que no voy a dar para el gasto”, dijo mientras atendía sus labores.
“Sí duele gastar, aunque no sé si me duela más no poder ir a apoyar a mi equipo al estadio”, declaró.
Tarifas de Primera
Santiago Cortés es comerciante, en épocas buenas gana 300 pesos diarios y podría comprar un boleto para el estadio, pero su ganancia no es regular.
“Baratos (los boletos) no están, lo cierto es que muchas personas lo pagan con gusto, ¿de dónde sacan? no sé, porque la vida está complicada”, dijo el aficionado.
Dijo que ha tratado de estar todas las semanas en el estadio, pero que el costo a lo largo de la campaña y ahora que está en semifinales se ha elevado mucho.
“Se trata de hacer el sacrificio, esta vez no creo que vaya, está caro y tenemos responsabilidades en la casa”, dijo.
La plaza más cara
Ataviado con los colores de su equipo, Luis Ordaz tiene intacto su amor al León, pero la cartera muy lastimada por acudir toda la temporada al estadio.
“Uno va porque se vive una emoción muy especial, pero laverdad con estos costos no se puede, los compromisos en casa no esperan. No tengo duda de que esta es una de las plazas más caras y lo peor es que el estadio siempre está lleno, así tenemos muy pocas posibilidades de que consideren los precios”, comentó.
Dijo que para acompañar a los Panzas Verdes tendría que invertir un día y medio de su salario, lo que complicaría la estabilidad económica en su casa.
Precios por las nubes
Juan Reséndez atiende una ferretería, tendría que invertir tres días de sueldo para comprar un boleto de 450 pesos en la zona preferente.
“Se suman muchas cosas, los precios están por las nubes y además es un problema para conseguir los boletos, las filas de las personas que se forman son puros revendedores, luego andan malbaratando los boletos y dejan a la gente sin asistir, nos se vale y nadie, ni la misma directiva hace algo”, dijo el aficionado.
“Aunque uno quiera no se puede estar gastando las cantidades que la directiva pone cada 15 días y cuando es Liguilla cada semana, no sé si valoren en realidad el apoyo de la afición o sólo el dinero que van y les dejan cada semana”, señaló.
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