domingo, 17 de febrero de 2013
Vuelven a rugir
El Sol de León
17 de febrero de 2013
Luis Hernández / Omar Oseguera
León, Guanajuato.- ¿Cómo amagar con la renuncia cuando una afición te idolatra?, ¿cómo imaginar la posibilidad de partir cuando un partido concluye con la hinchada pidiendo que te quedes?, ¿cómo pensar en irte cuando un estadio completo corea tu nombre?, es difícil decirlo, pero es imposible hacerlo.
Aunque Gustavo Matosas está a miles de kilómetros de su hogar, ayer entendió que esta también es su casa, que esta es su gente, que la hinchada es suya, que los aficionados del León también son para él.
Matosas no sólo cuenta con el respaldo de la dirigencia Verdiblanca, tiene detrás a un ejército de 30 mil personas que no le dejarán irse tan fácil, que destrozarán sus gargantas cantando su nombre antes de que la idea de partir vuelva a rondar por su mente, al menos así lo demostraron.
"¡No se va, Matosas no se va!" era el grito de guerra, la simple posibilidad de pensar en el uruguayo haciendo sus maletas para partir, fue la motivación. Con el marcador a favor de los Verdes, el estadio entero dejó de apoyar a La Fiera para alentar al 'domador'.
No hubo divisiones, todo fue unánime, la afición se entregó al entrenador, se dejó claro que la idea de renunciar todavía no es aceptada, quedó entendido que a Matosas todavía le falta algo por dar en León, su momento no ha llegado.
Anoche se consagró la relación de Gustavo Matosas con su afición, se selló un capítulo más de su historia con el León; anoche Matosas firmó un contrato con su gente, uno que no se rompe tan fácil, uno que se respeta hasta la muerte porque se signó con sangre, sudor y lágrimas.
muestra serenidad
Gustavo Matosas no se inquietó con los tres centrales y los dos carrileros que le paró Fentanes anoche, al contrario, le puso al novato Luis Delgado como lateral por derecha y el leonés cumplió; la indicación fue la misma, la de atacar, la de jugar a uno o dos toques máximo y la de tener la pelota siempre.
San Luis apostó a defenderse sin el balón y pronto se le cayó el sistema con el golazo de Hernández, pero no cambió, apostó siempre por buscar centros y con Matos muy lejos de sus medios y muy solo en ataque.
Y cuando Fentanes adelantó líneas, Matosas cambió a tres centrales para explotar las bandas con carrileros, ahí "El Gullit" fue el pilar en la tenencia del balón y Montes el creativo que limpió zonas sucias; el nunca echarse para atrás fue clave para que San Luis no hiciera más, no se atreviera a más, siempre preocupado por los dos nueves "felinos" y las incorporaciones de Loboa y Hernández por los costados.
No se necesitó de una súper estrategia para mantener a Matosas como "domador", San Luis no sabe a qué juega; parece que la clave para que el León haya ganado por fin se llamó Carlos y se apellida Peña.
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