sábado, 11 de febrero de 2012

Ni quién lo tumbe


Ni quién lo tumbe
NÉSTOR GALINDO
NOTA PUBLICADA: 11/2/2012

A empujones, golpes y quizá moretones, León sacó el empate y el liderato en una batalla cruel con los Leones Negros.

Fue un 0-0 rudo, por momentos tan frío como la noche tapatía en el Estadio Jalisco, aunque también con oleadas de ataque en ambos cuadros. Entre la dura lucha de trincheras, los Verdes bien pudieron salir con tres puntos, pero el tiro de Éder Pacheco, a cinco minutos del final, besó caprichosamente el poste.

Eso sí, la igualada le sabe mejor a la Fiera que a los locales. Gustavo Matosas conserva el invicto en seis jornadas y el liderato, con las mismas 11 unidades que la UDG, pero con mejor diferencia de goleo.

Ni el césped fue suave en un primer tiempo áspero como ninguno en esta campaña para los Verdes. En realidad la pelota pocas veces recorrió el pasto del Jalisco, empeñados y orillados ambos cuadros a jugar por arriba, temerosos del bote rápido y caprichoso en un terreno cada vez más mojado.

Sólo Édgar González tuvo ocasiones de marcar en esos primeros 45 minutos. Recorrió cuanto quiso la banda izquierda, aprovechando el hueco entre Darío Burbano y Luis Delgado, algo que también hizo el veterano Rodrigo Folle, con menos descaro.

Eso sí, los ataques nunca pudieron ligarse. Fue como si los aparatos ofensivos debieran respirar un largo rato tras cada ataque, frustrados por la lluvia, el frío y, sobre todo, la incesante pelea en medio campo.

Por León, Burbano quiso cambiar el gris guión, pero no pudo. Trató de meter velocidad por izquierda, sin encontrar jamás a Maz, mientras que a Lus Nieves, el otro atacante fijo, sólo pudo verlo libre una vez, al minuto 19, pero el pase filtrado salió demasiado potente.

Literalmente a trompiciones y rebotes, los Verdes crearon sólo dos disparos en todas sus embestidas.

Los locales también atacaron con oberol, pero su fabricación fue más productiva. El primer fruto de esta labor de hormiga fue una llegada de Édgar González, hasta quedar mirada a mirada con el arquero esmeralda. ‘El Quesos’ tiró fuerte y a media altura, directo a gol, pero sin contar con el guante izquierdo de Hernández, quien de milagró salvó a la Fiera.

Por ganas de cambiar el panorama no quedó en el bando leonés. Matosas mandó a Luis Peña por Nieves desde el inicio del complemento y se la jugó en definitiva 15 minutos después, con el ingreso del colombiano Loboa.

Éisner creó el primer peligro en su primera conducción, hasta línea de fondo por izquierda, aunque Burbano llegó tarde al remate.

Héctor Gómez, aquel que perdió con León la final de ascenso hace cuatro años, dio el prime susto con un tiro desviado a la entrada del área. Le siguió una embestida de Folle y la urgente respuesta de Matosas, quien salvó el empate al refrescar su ofensiva con el brasileño Pacheco.

El sudamericano tuvo 16 minutos activos, al menos como espectador de los desbordes de Loboa o como cómplice en las ofensivas por el centro, con Maz a unos metros. En una de esas, con el empate casi firmado, pudo romper el cero; tomó la bola en el área, se dio media vuelta y tiró directo al poste derecho.

A Cristante el metal le supo a gloria, pero a León el empate tampoco le desagradó. Hay duelos sin goles que frustran más y el de anoche, al menos, huele a liderato intacto.

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