viernes, 24 de febrero de 2012

Adiós Miguel


Adiós Miguel
Deportes
Escrito por Francisco Gómez
Viernes, 24 de Febrero de 2012 02:37
La ‘Pantera Rosa’ perdió la última batalla

Y se nos siguen yendo leyendas del futbol, ayer le tocó el turno a otro de los grandes ídolos del equipo León, Miguel Darío Miranda, quien ayer por la tarde a los 65 años dejó de existir a causa de las quemaduras que sufrió el pasado lunes.

Como lo informamos en su oportunidad, el cancerbero del León de la década de los 60's y 70's sufrió quemaduras de segundo y tercer grado y fue internado en la Clínica T-1 del Seguro Social.

Desde que ingresó a urgencias, los doctores informaron que el estado de 'La Pantera Rosa' era grave, esto, a pesar de que el miércoles había abandonado terapia intensiva, pero estaba en un cuarto aislado.

Su muerte se dio ayer después de las 5 de la tarde y confirmó la mala noticia su sobrino Benjamín Olmos.

Todo se le complicó a Darío Miranda porque desde el año pasado ya traía graves problemas en sus órganos internos como hígado y riñón, y al sufrir este accidente se quemó gran parte de su cuerpo y se le complicó aún más.

Todavía anoche, sus familiares estaban al pendiente para los trámites de la entrega del cuerpo.

Miranda militó en el León desde la década de los 60's y también en la década de los 70's, aunque también estuvo en el equipo de Atlas. Su buen humor siempre lo distinguió del resto, porque siempre fue una persona muy alegre.

A Darío Miranda le tocó estar en la época de aquel mexicanísimo León de finales de los 60's. Con León logró dos subcampeonatos en los años de 1973 y 1974.

Miguel Miranda Gollaz es su nombre completo, murió a la edad de 65 años, era originario de esta ciudad y además de León también jugó para el Atlas, aunque después regresó para jugar de nuevo con los Esmeraldas.

Respecto a su apodo, le vino cuando viajó a un partido a la ciudad de México y perdió su suéter, él compró un suéter rosa para jugar y el cronista Ángel Fernández lo comparó con la Pantera Rosa por su físico, ese nombre se le quedó por siempre porque además fue muy carismático y alegre.

Todavía en los diferentes eventos a los que era invitado y acudía, usaba suéteres en color rosa, haciendo honor a su apodo.

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