sábado, 8 de enero de 2011

Alegra a Niños

PERIODICO EL AM

Alegran a niños
REDACCIÓN
NOTA PUBLICADA: 1/8/2011

El Día de Reyes, Memo recibió un balón de futbol, con el que se la pasó jugando hasta cuatro horas seguidas, aunque el mejor regalo lo tuvo hasta ayer al mediodía.

Para recibirlo, se paró junto a la puerta de la Casa Hogar Loyola, donde vive junto a otros 75 niños y niñas.

Sus ‘Tíos’, quienes los cuidan y educan desde hace tiempo, le dijeron que estuviera listo y formado justo a las 12:30, para recibir el regalo.

Cerca de la una, aún sin el regalo prometido, comenzó a desesperarse, por lo que él y varios niños más volvieron al juego con sus balones recién estrenados, aunque sin perder de vista la puerta.

Pelotearon un rato, trataron de acordarse de los nombres de los jugadores del León y justo cuando saltó la primera duda sobre si el regalo existía realmente, el desfile de esmeraldas comenzó.

Encabezados por ‘Tita’, técnico del equipo Esmeralda, uno a uno los jugadores del León deslumbraron a cada niño de la Casa Hogar, en pleno barrio de San Miguel.

El panameño, Blas Pérez fue de los primeros jugadores en entrar y también de los primeros en ser rodeado para robarle un saludo, una sonrisa y una foto de recuerdo.

Edy Brambila, Orlando Pineda, Paco Pizano y Pablo Bonells armaron incluso un equipo para enfrentar a un par de pequeños en una mezcla de futbol, baloncesto y saltos sin parar.

Mientras, ‘Tita’ mostraba que su sencillez no es una pose y accedía a cuanta foto le pedían. Firmó autógrafos, sonrío todo el tiempo y no se cansó de agradecer la oportunidad de estar ahí sólo unas horas antes de iniciar la campaña con los Verdes.

“Disfruten, muchachos”, les gritó el brasileño a sus jugadores varias veces.

“Quiero que vean lo privilegiados que somos de poder compartir esta alegría con los niños, nosotros somos los agradecidos por estar aquí”.

Hasta Jesús Martínez Murguía, presidente del club, repartió autógrafos y saludó a los pequeños, alegres aún más cuando comenzó la repartición de playeras esmeraldas.

En poco tiempo, la convivencia se volvió caótica en el más puro sentido infantil. Las sonrisas eran todas espontáneas y los abrazos interminables.

“Te quiero mucho”, le dijo una pequeña de cuatro años a ‘Tita’ tras darle un enorme abrazo. El brasileño sonrió satisfecho, como si acabara de marcar tres goles de un disparo y ahí comenzó la retirada.

Aún no se iban todos los jugadores, cuando ya los pequeños compartían sus anécdotas, sus breves aventuras con los jugadores esmeraldas. “Ahora sí le voy a León”, fue el comentario más escuchado.

Y con toda seguridad, entre los jugadores, más de uno habría replicado: “Ahora sí me siento de esta ciudad”.

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