Protagonizan Verdes y Águilas un partido como el agua: incoloro, inodoro y sin sabor, que dejó mucho qué desear.
El Sol de León
14 de abril de 2013
Luis Hernández
León, Guanajuato.- Que las cifras no mientan ni las estimaciones suenen exageradas, ayer en la cancha del estadio León se puso en tela de juicio el poder de convocatoria de las Águilas del América, ayer, como casi nunca suele pasar, los azulcrema no fueron locales en cancha ajena, fueron un visitante más.
Y es que se notó que fueron 11 años los que esperó esta afición para volver a vivir un León-América, si en el Apertura ya se habían calentado las rivalidades con la invasión de más de 10 mil hinchas leoneses al Azteca, anoche se tenía que cerrar la pinza, se tenía que ganar el juego que finalmente se ganó, el de los graderíos.
CON SABOR A CORAJE
La afición no esperó ni un instante para calentar sus gargantas, desde antes del arranque del partido, justo a la llegada del camión de los de Coapa, los silbidos y las mentadas se hicieron presentes para alterar el orden que trataban de imponer los elementos de la Policía.
No faltaron los locos, los asesinos del futbol, los vándalos que siempre ensucian este deporte; la mala nota se dio con varias agresiones, aunque menores, a los aficionados del equipo visitante.
MAYORÍA VERDE
No hay duda, tal vez por segunda vez en el torneo América comprendió el significado de la palabra visitante, las tribunas del estadio León no se prestaron para convertirse en una sucursal del Coloso de Santa Úrsula.
Desde el momento en que los azulcrema saltaron al terreno de juego, las hostilidades se dejaron sentir; cuando León hizo lo propio, el recibimiento por parte de la cabecera popular, de la incansable Puerta 5, bastó para demostrar que esa era la casa de La Fiera, que por más que gritaran los de la tribuna de enfrente, jamás se igualarían con las gargantas de los locales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario