Bi Rey el León

La Fiera lo logró, remonta en Pachuca y se proclama bicampeón del futbol mexicano. Foto: El Sol de León
El Sol de León
19 de mayo de 2014

Jesse Villalpando Zamora/enviados

Pachuca, Hgo.- ¡Llámenle bicampeón! Porque así tenía que ser, viniendo de atrás, en el alargue, con la agonía que sólo genera el jugar dos tiempos extras y con una postal que desde ahora es cotidiana para el balompié azteca, así los Esmeraldas de León se proclamaron campeones de la Liga MX, venciendo 2 goles por 0 al Pachuca (4-3 global).

De paternidad no quedó nada, mucho menos de parentelas, la Fiera gusta de crecerse al castigo en cada encuentro, rugió fuerte con su séptimo título en la historia.

Los artífices del campeonato: Mauro Boselli al minuto 65 y Nacho González al 111´, de esta manera, León iguala a Pumas como los únicos dos bicampeones desde lo que fue la instauración de los torneos cortos.

El partido

La Fiera estaba herida luego de la desventaja a media semana en casa, sin embargo, el León iba sólo por un tanto que lo metiera de lleno a la final.

Y el choque arrancó con fuertes pulsaciones ya que no había pasado ni el primer minuto de juego cuando el "Aris" Hernández sacó centro por la derecha que fue rematado por Mauro Boselli de cabeza en el área, sin embargo, atrás estuvo atento el "Conejo" Pérez.

La situación se le puso fea a la escuadra "verdiblanca" y es que en un abrir y cerrar de ojos Gustavo Matosas se vio en la necesidad de quemar un par de cambios, ambos por las lesiones de Magallón y Arizala que se volvió a resentir del muslo en un pique que hizo al espacio.

Al terreno de juego fueron Eisner Loboa y el "Chema" Cárdenas, quien de inmediato se colocó como volante por la izquierda, en tanto que Elías Hernández pasó a trabajar por la derecha; el colombiano Loboa únicamente tapó el hueco que había dejado Magallón.

Pachuca por fin pudo asomarse al frente hasta el minuto 22, fue Dieter Villalpando quien vació todo lo que tenía en la parte interna de su botín derecho, pero el esférico se fue por un costado de la cabaña defendida por William Yarbrough.

Los "Verdes" tenían mejor presencia ofensiva, primero recargando sus arribos por izquierda con Cárdenas y la incorporación del "Aris", aunque del otro lado, poco a poco Elías Hernández y Loboa comenzaron a tener espacios; los Tuzos consintieron demás al rival y a nada estuvieron de ser sorprendidos.

La primera mitad se fue con un disparo a la media vuelta de Boselli que se fue volado, a error de Jorge Hernández a la salida y un fogonazo cruzado de Pajoy.

Para el arranque de la parte complementaria los Tuzos se mostraron con el jovencito Damm en el campo, quien por derecha envió dos centros calientes al área que para mala fortuna de la localía, no fueron convertidos por los frentazos de Gutiérrez y Lozano.

Yarbrough le dio vida a su equipo al sacar un riflazo de Enner Valencia, y enseguida, Elías Hernández con el arco abierto no pudo definir de cabeza a centro de Cárdenas.

El futbol le hizo justicia al León y al 65´ de tiempo corrido, la locura del lado de la afición esmeralda quedó desatada cuando Mauro Boselli conectó de cabeza en todo lo alto y el balón angustiosamente se le escapó al "Conejo" Pérez, era el tanto que igualaba a tres el global.

La paridad leonesa cayó como balde de agua helada en un Hidalgo que enmudeció, pero en adelante el trámite del duelo rompió, hubo espacios, descolgadas, pero en la zona de definición no hubo contundencia.

Oscar Pérez todavía alcanzó a ahogar el grito de gol y de título Esmeralda a disparos del "Chapo" Montes y Elías Hernández; llegaba el alargue a la final de la Liga MX y con éste el dramatismo puro.

Los tiempos extras llegaron y ambas oncenas parecían liquidadas por el cansancio, hasta las calcetas pesaban, no había más regresos; pero la gráfica fue la misma que hace un semestre cuando en aquel entonces el América presionaba a los Esmeraldas en el Azteca, ahora Pachuca hacia lo mismo y con un frentazo certero, sólido, Nacho González martilló su remate y la pelota durmió en la meta pachuqueña, era el gol que sentenciaba al Tuzo y que encumbraba a la Fiera.

No hubo para más, Yarbrough sacó lo que se le presentó. ¡León Campeón!