PEDRO MADRAZO / Publicada el 20/05/2014
Entre piedras, vidrios y restos de calaveras rotas, la Policía Municipal recuperó el bulevar. Fotos: Pedro Madrazo
Un vándalo en calzones, sobre un autómovil.
“¡Arriba la fieraaa!”, gritaron miles de aficionados afuera del estadio Nou Camp, después de que el equipo de sus amores venció al Pachuca y obtuvo su bicampeonato; sin embargo, la euforia de los hinchas se transformó en vandalismo.
Desde las 11 de la noche del domingo, decenas de aficionados caminaron por el bulevar Adolfo López Mateos y prolongación Calzada de los Héroes, usaban la playera esmeralda y ondeaban sus banderas verdiblancas.
Poco a poco se reunieron frente al estadio que los recibió con luces apagadas y puertas cerradas.
¡León, León, León!, gritaban los peatones al tiempo que los vehículos iniciaron su desfile con personas en los toldos, caras pintadas, banderas y matracas, la euforia se percibía en los gritos y el sonido de los cláxones de los vehículos.
Conductores, pasajeros y transeúntes, la mayoría llevaban cervezas en mano.
Llegadas las 11:50 de la noche la afición se desbordó en el López Mateos, las personas corrieron entre los carriles y comenzaron a sacudir carros, motos y camionetas.
“¡Somos bicampeones, somos bicampeones!”, gritaba la multitud en la calle, al tiempo que sonaban matracas, trompetas, tambores y tapas de cacerolas.
Justo a la media noche un joven, con la verde puesta, sacó un frasco de fijador para el cabello y un encendedor… en un segundó alzó el brazo y lanzó una llamarada al cielo que alcanzó un metro de alto aproximadamente. Los presentes a su alrededor enloquecieron y como los guerreros de la película “300” aullaron y gritaron “¡Auuu, auuu, auuu!.
El tráfico aumentó y los carriles disminuyeron, eran las 12:40 y la fila de carros y camionetas llegaba desde el estadio hasta el bulevar San Pedro.
Los aficionados dosificaron la circulación, sólo un carril funcionaba y cada vehículo que calló entre las “garras” de los hinchas fue zarandeado, graffiteado, y pateado.
Decenas de vándalos encapuchados cargaron con piedras, palos, tapas que desprendieron de basureros y rompieron cristales y calaveras de vehículos.
Los graffiteros “decoraron” el puente peatonal frente al estadio, también bardas de negocios y hasta las del Forum Cultural.
La agresividad en las personas era notoria, una riña entre fanáticos desató una campal en la que volaron palos y piedras.
Para tranquilizar la situación, alrededor de 100 policías llegaron al lugar y con ayuda de una motobomba de Bomberos intentaron disipara los vándalos. Ahí inició el enfrentamiento.
Responden a agresión
Los aficionados, las caras tapadas con paliacates, playeras y máscaras atacaron a policías que recibieron una lluvia de piedras, palos, tabiques y cohetones.
El bulevar se transformó en zona de guerra “¡Sobres de ellos, hay que darles en la madre!”, gritaban los vándalos, que decían ser de “Los de Arriba”, la porra del León.
Ante la campal, cientos de aficionados intentaron escapar del lugar, las piedras y envases de vidrio se estrellaban en el pavimento y cascos de los policías.
“Están muy desatados, ya van cerca de 15 compañeros lesionados, lo que intentamos es disiparlos”, comentó uno de los oficiales que se cubría de la pedradas.
Ante la agresión, algunos oficiales tomaron las piedras del suelo y respondieron el ataque.
Peatones que intentaban huir se resguardaron en la entrada del banco Banamex, hasta donde llegó la trifulca.
Algunas mujeres gritaban, el caos cundía y policías con perros y bastones retráctiles en mano corrieron tras los “aficionados” hasta que lograron dispersarlos cerca de las tres de la mañana.
El bulevar quedó como zona de desastre, cientos de piedras, cristales y basura invadían los carriles.
El domingo, en el futbol el León ganó, pero en la calle, la violencia ‘venció’ a la afición.
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