sábado, 26 de noviembre de 2011

Acampan por dos boletos


Acampan por dos boletos
REDACCIÓN/Gladys Solís
NOTA PUBLICADA: 26/11/2011

Humberto Flores pasó la noche afuera del Nou Camp. Amaneció con un estirón en el cuello, la rabadilla adolorida y el cabello parado. Pasó frío, insomnio y hambre pero no se movió de ahí hasta que le vendieron 2 boletos para el clásico de esta noche.

“Nomás 2 boletos, ¿usted cree que es justo? mínimo nos hubieran vendido unos 4 o algo así para que valiera la pena”, dijo el aficionado leonés.

“Ta’ bien que se cuiden de los revendedores, pero por qué nomás dos. ¿Y la familia?”.

Humberto tuvo que llevar a sus 3 sobrinos para comprar boletos para toda su familia. Acurrucados en el piso, espalda con espalda, durmieron la madrugada del jueves. Despertaron temprano y a las 6 se levantaron para ser los primeros en la fila. “Yo falté a clases para venir a ayudar a mi tío, él nos iba a comprar los boletos para todos pero no se pudo”, dijo Pepe, el sobrino más joven de 14 años.

Familias completas tuvieron que llegar a hacer fila para poder alcanzar una entrada para el Clásico, como Laura Juárez.

Apartó su lugar con Humberto y llegó a las 6 de la mañana a hacer fila. A su lado estaban sus 3 hijos y su sobrina.

“Todavía faltan los cuñados y los otros tíos, por eso me las traje a todas para alcanzar boletos. Sí está bien que dejen vender nomás poquitos para que no se los lleven todos los chavos que revenden, pero mínimo unos 3 ó 4 por persona hubiera estado mejor”.

Armada con 2 chamarras, para aguantar el frío de la mañana, Laura esperó cinco horas para comprar sus boletos y poder apoyar esta noche a la Fiera en el duelo de Vuelta.

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