domingo, 9 de mayo de 2010

Caen con la frente en Alto

PERIODICO EL AMCae León con la frente en alto
LUIS ABRAHAM MUÑOZ
NOTA PUBLICADA: 5/9/2010

León ganó pero no le alcanzó para el milagro. El 2-1 sobre Necaxa (2-4) global fue el resultado de un juego en el que si se tratara de describir una película varias veces vista, los bastiones del equipo fallaron como nunca, justo cuando se les necesitaba.
Los postes, un penal increíble en contra del ‘Chuleta’ y una serie de yerros del campeón goleador Carlos Casartelli, resultaron determinantes para un enésimo descalabro verde.

Los más estoicos, con lágrimas en los ojos y la mirada perdida, pero también un grupúsculo de malvivientes aventando de todo al terreno de juego, fueron el colofón del festejo necaxista y su expedito regreso. Una (otra) ‘vuelta olímpica’ de los visitantes.

Una increíble mano del ‘Chuleta’ dentro de propia área fue el comienzo del fin del sueño de la remontada.

El cuadro guanajuatense acababa de regresar a un partido que perdía por tres goles, con otro penal de parte de Corona al minuto 49’, pero una ridícula acción del ídolo Luis Orozco desinfló a su equipo.

Pese a que los verdes hicieron el gasto y buscaron con todo el objetivo, tendrán que esperar al menos un año más para brindar el mejor (y único) regalo a sus aficionados.

Los verdes plantearon con tres al fondo la posibilidad de abrir el campo, un solo contención y dejar a Híbert de entrada por derecha y a Corona como una media punta queriendo encontrar al ‘Chuleta’ y a Casartelli.

Pineda y Ceja fueron claves en los primeros minutos para atacar a Necaxa, que sólo se concentró en despejar cualquier intento, abocado a lo que es más sencillo en el futbol.

Al minuto 7, Casartelli se llevó en el viaje al ‘Tabla’ y de ahí se armó una ‘Cámara Húngara’ que derivó en dos amonestados, Polo y Padilla por cada equipo.

Eran nueve visitantes con todo y el portero metidos en su propio campo, esperanzados en un pelotazo que pudiera poner de frente a Nelson Maz o a Mauricio Romero.

Desfondado en los primeros 15 minutos, las acciones desesperadas de un ‘More’ Mosqueda en la media luna pero de su propio equipo, eran el reflejo de los rojiblancos.

A los 12’ fue la primera para la polémica, pues fue clara la mano de Ledesma en un centro por derecha, y el árbitro que fue a punto penal, decretó que sí la había, pero no con intención, por lo que determinó un saque de esquina que no lo metiera en problemas.

Tiros o cabezazos muy desviados de Orozco, Casartelli, Ceja y hasta Pineda, que jugó muy buenos 20 minutos de arranque, emocionaron a una afición que se fue desesperando.

El ‘Choco’ Pineda al 25’ casi reventó el travesaño previo desvío de Hernández en una de las más claras.

De a poco, Necaxa fue equilibrando al menos en el medio campo, pese a que literalmente regaló la pelota, mas no los espacios necesarios para que los verdes marcaran el primero.

Esa dosis de desesperación leonesa se fue marcando en los tiros lejanos que pasaron por encima o demasiados centros, todos ellos hacia la doble marcación de Padilla y Quatrocchi sobre Casartelli, mientras que Ledesma nunca dejó un segundo en paz a Ceja tras las dos faenas iniciales.

Más allá de que al minuto 31 llegó la primera de Necaxa en cuanto a pisar el área, León se fue perdiendo con poca imaginación, aunque sí con muchas ganas de llegar pronto al área.

En el amanecer del segundo tiempo, León le puso el nervio suficiente al encuentro con un penal marcado de parte de Alejandro Corona, tras una mano de Pablo Quatrocchi.

Pero tan sólo cuatro minutos después, el ‘Chuleta’ Orozco saltó con las manos abiertas para que Necaxa tuviera también una pena máxima que Nelson Maz no desperdició.

Tras una lluvia de objetos sobre la banca de Necaxa y el juego parado, León fue poco a poco reencontrando las opciones al frente.

Fue a los 71’, con 19 por jugarse más el añadido en que Valadez marcó el tanto de un renacer que nunca llegó, en primera instancia porque cuando ingreso Luis Nieves por Pineda, los de Aguascalientes ya tenían a gente de refresco que le harían más desgastante el trámite.

Y así fue, porque las ideas y la sangre pareció no fluir lo suficiente a los fabricantes de gritos de gol: Es decir, no fue la noche del ‘Chuleta’ ni mucho menos la de Casartelli. ¿Cuántas veces ha pasado lo mismo con otros nombres y apellidos?

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