domingo, 9 de noviembre de 2014

¡Portero!


Christian Martínez detuvo un penalti en el primer minuto de compensación. Foto: Eduardo Maceira /

9 de noviembre de 2014

Omar Oseguera

León, Guanajuato.- En el fútbol hay noches que no se olvidan, juegos que se quedan ahí pese a que no hayan sido espectaculares ni llenos de goles y con tan sólo 15 minutos entretenidos.

Anoche en el repleto Estadio León, Puebla pudo ganarlo, tuvo suficientes chances para hacerlo y sin usar a Cuauhtémoc Blanco. Pero "los de la franja" se achicaron ante un gigantesco y heroico Christian Martínez, quien atajó un penal de último minuto.

El lance del cancerbero del León fue abajo, al lugar en donde Pajoy se lo tiró, para rechazarlo y hacer festejar a todo el estadio como si se hubiera ganado. Y es que sí, lo que parecía un amargo empate para los de casa, terminó por ser un puntazo para el bicampeón y no para el Puebla. Un 0 a 0 que concluyó con los ¡portero! ¡Portero! GRIS JUEGO

En el primer tiempo no pasó nada, literal. Puebla y León se enfrascaron en una sucia lucha por el balón, repleta de impresiones y gris en los últimos cuartos de cancha. Cero llegadas, cero peligro, bueno, un arribo del León que regaló el defensa Ricardo Esqueda al no rechazar bien un balón que le dejó a modo a Elías Hernández para que encarara al "Loco" Frausto, en un mano a mano que ganó el cancerbero camotero.

Pero nada más. Puebla anuló los pases diagonales a los delanteros felinos y paseó mucho el esférico de manera lateral, sin generar peligro, sin explotar la velocidad descomunal de Loboa y Pajoy. Sin embargo los del "Chelís" se veían cómodos, despreocupados, en lo suyo. En tanto León preocupado, nublado y obligado a buscar variantes para la parte complementaria. MISMA HISTORIA... La historia arrancó igual en el complemento, sin cambios en hombres y en la intensidad, por eso Matosas mandó a la cancha a Caicedo para cambiar la cara de su ataque.

Fue evidente que la orden del joyero Solá fue parar al "Gullit" Peña como fuera, con o sin faltas. Al victorense le pegaron a cada rato y por turnos. Por tal motivo, el local olfateó el gol sólo a balón parado en base a centros que nunca encontraron a Boselli y que cuando no fueron centros, fueron disparos que Frausto atajó hasta en dos tiempos, como aquel que el "Chema" no supo concretarle tras el rechace del leonés.

León no encontraba la llave y Puebla se negaba a crecer, como para qué si el punto en la casa de un enrachado felino era más que bueno. Fue hasta que el partido se hizo viejo cuando las emociones aparecieron; primero en el área del León con un cabezazo de Mario de Luna a la base del poste, después en la del Puebla con un cabezazo de Elías Hernández desviado. Más tarde las más claras, las imperdonables, primero con Noriega echándola fuera solo dentro del área y con Christian Martínez resignado.

Enseguida la de Boselli que pudo ser su décimo gol, pero que para su mala fortuna se estrelló en el poste. La Fiera no lo perdió de milagro, porque Pajoy no supo definir un mano a mano y por el penal al inicio de esta crónica ya resumido.

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