lunes, 17 de marzo de 2014

Saldo blanco

Saldo blanco en el Omnilife
 
Nuevamente hubo invasión verdiblanca, pero en esta ocasión todo en santa paz, con percances aislados en la tribuna.

El Sol de León
17 de marzo de 2014


Omar Oseguera

Zapopan, Jal.- Estadio Omnilife, uno de los mejores, si no es que el mejor, estadio de México.

Una gigantesca aeronave invadida por miles de leoneses pintados de verde repartidos en todas sus zonas. Una tarde apropiada para probar las tortas ahogadas de 40 pesos, los tacos de arrachera de 15 y para disfrutar de la belleza femenina jalisciense única e incomparable.

Los domingos en la casa chiva son así, de llegar temprano para tomar la mejor foto del inmueble y para ver bailar a un grupo de edecanes que parece coquetean y parece que no tanto.

Rodeado de montañas, el Omnilife recibe a los de Guanajuato con los brazos abiertos, con un gran dispositivo de seguridad acompañado por temibles perros y con unas instalaciones envidiables, de primer mundo. Durante el partido los leoneses se hacen sentir con los gritos al portero, por momentos se escuchan más que los locales y por momentos cantan como si ellos fueran los mariachis.

En esta cancha se regalan televisores, cervezas, descuentos y minutos de fama con el interactivo dentro y fuera del Estadio. Cómodamente sentados, los miles de aficionados disfrutan de la batalla, la sufren, la gozan y la cuentan como una más inclinada para las Rayadas.

Durante el cotejo, tanto policía debía tener su efecto y así fue, un grupo de hinchas rojiblancos pertenecientes a la barra, retaron a los uniformados aún sabiendo que más de uno iba a terminar cargado.

Eso sí, las piedras del pasado se convirtieron en estampas familiares. Esta vez no hubo broncas, no hubo sangre, ni nada que lamentarse. Porque así debe ser, porque al final esto no es más que un simple deporte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario