Cala hondo derrota

El Sol de León
27 de marzo de 2014

Omar Oseguera

León, Guanajuato.- Y al final se buscaron pretextos, excusas, culpables. En los pasillos del Estadio León hubo un silencio sepulcral con el triunfo boliviano, una victoria cantada por tres decenas de hinchas de La Academia y por un relator que viajó con el equipo para llevar a todo Bolivia este triunfo que sabe a vida.

Gonzalo Cobo, cronista boliviano, hizo el viaje consciente de que era de vida o muerte, por eso cantó el gol de Ferreira con el corazón, con el alma, con la agonía de una voz que seguramente hizo vibrar a toda una nación sudamericana.

El ambiente en el Estadio primero estalló con la aparición de la mega bandera de La Fiera que todos retrataron, que todos aplaudieron y que para algunos es de mala suerte.

El juego inició y la pasión libertadora se encendió en un inmueble lleno, a reventar, con miles de leoneses a los que no les importó la hora con tal de ver el pase de su equipo a la siguiente ronda de Libertadores.

Sin embargo conforme el tiempo pasó, todo se fue apagando, poco a poco, de manera lenta, angustiante, desesperante. El gol del rival fue más que una cubetada de agua fría, fue una contundente cachetada que enmudeció a todos y que arrojó chiflidos y un extenso y sonoro abucheo para un juego felino falto de todo.

El semblante de Matosas como ejemplo; un cara desfigurada y unas respuestas en la conferencia de prensa en la que pareció no le agradó nada. Fue una noche que parecía de fiesta y que terminó triste, desconsolada y con un mar de críticas detonadas más por el miedo de quedar fuera, que por la molestia de la derrota.

En 90 minutos señores, lo que parecía un panorama alentador y soñador para La Fiera, hoy está oscuro, borroso y sin tiempo para lamentarse
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