Despiden a equipo

El silencio y soledad del graderío del Estadio León, ayer quedó olvidado, para dar lugar a toda una fiesta organizada por más de 3 mil aficionados que pusieron ese color y alegría que solamente pueden lograr quienes aman a un equipo como León.

Para el pequeño Rodrigo Meza, de 5 años, fue una forma de celebrar el Día del Niño, para el joven Rodolfo Gutiérrez un sueño cumplido, para la señora Rosalba Luna toda una experiencia y para los jugadores un revulsivo que motiva a buscar una victoria en lo que serán sus últimos 90 minutos de esta temporada.

Desde antes de las 9 de la mañana, la gente fue llegando al Nou Camp con dos cosas en común, su playera esmeralda y en la mano su Kilo de Ayuda como parte del requisito de entrada en beneficio de niños de escasos recursos, por medio de una alianza del Club León y el DIF municipal.

La zona más poblada por aficionadas fue la Zona A, de donde salieron gritos que iban desde apoyo a los jugadores, pedirles una firma en su playera, hasta confesiones de amor a Burbano y Nacho González, entre otros.

Los jugadores que acapararon las pancartas de los seguidores fueron Luis Montes, Carlos Peña, Nacho González y Gustavo Matosas, a quienes mandaron mensajes de “Quédate toda la vida en León” y “Eres el mejor”.

Apenas salieron del túnel Édgar Melitón Hernández, Christian Martínez, Mauricio Castañeda y Jorge Zataráin, fueron los primeros en recibir la lluvia de playeras, gorras y banderas que fueron lanzados desde la tribuna al campo para que los jugadores las regresaran con la rúbrica plasmada para conservar como un gran recuerdo de sus ídolos.

Al final del entrenamiento Márquez, Castillo, Yarbrough, González, Hernández, Montes y Peña, fueron de los más ovacionados por la afición y quienes más tardaron en retirarse del campo, sin antes cumplir con la amplia cantidad de artículos que se acumularon en la cancha.

Después de un trote ligero de los 22 jugadores, comenzó la “cascarita” para los aficionados, el interescuadras para Sergio Martínez, quien dirigió ante la ausencia de un Gustavo Matosas que al mismo tiempo tenía una reunión con los altos mandos del equipo para definir su futuro.