FRANCISCO HORTA / Publicada el 17/11/2013
Boselli trabaja para jugar su primera Liguilla en México en el mejor nivel. FOTO: ARCHIVO
Quince juegos de campaña regular, 11 goles en Liga y un par en Copa le bastan a Mauro Boselli para confirmar un par de motes: “Matador” y “Refuerzo Bomba”.
En especial, el argentino defiende la fama que precedió su llegada al León, como el refuerzo más caro en la historia del equipo. “Si preguntan hoy si el refuerzo fue bomba, los resultados dicen que sí”, señala sonriente.
Hoy, a las puertas de su primera Liguilla en México y con la Fiera segura en la Copa Libertadores de 2014, el argentino se entusiasma por cumplir su objetivo de llegar al doble dígito de goles en el torneo regular (marcó 11), pero aclara que su mejor versión futbolística recién asoma y sólo se confirmará si consigue el título con León.
El delantero acepta cargar la generación de goles y más que causarle temor, toma esa responsabilidad como un reto.
¿Es justo que todo el peso goleador del equipo recaiga en usted?
Yo supe desde un primer momento que venía con esa responsabilidad de convertir goles, de llevar a cabo la fuerza del ataque del León y eso va a seguir mientras yo esté acá, pero es una responsabilidad linda, porque uno sabe que está para eso y es una misión que tengo en mente en todos los partidos.
Directivos y prensa vendieron la idea de que usted era el refuerzo “bomba” del León. ¿Hoy adopta dicho apodo?
Hoy sé que hice las cosas bien y lo que se esperaba de mí; se pudo ver dentro de la cancha y hoy por hoy si preguntaran si el refuerzo fue bomba, los resultados están a la vista. Tuve un buen campeonato y cumplí con las expectativas que había en mí, pero siempre sé que hay muchas cosas para dar y que hay por mejorar y no pongo un techo, tiro más hacia adelante.
Tras este primer torneo regular, ¿qué diferencias nota entre las defensas en México y en Europa?
Son ligas distintas, acá quizá se piensa en lo táctico y en lo estratégico y en Europa mucho más en el posicionamiento del equipo, en no dejar espacios a los rivales; acá hay más espacio para jugar, hay más libertad y eso favorece mucho al juego ofensivo no sólo nuestro, sino de la mayoría de los equipos.
Entonces ¿es más fácil ser goleador en México?
Fácil no, porque hay que hacerlo y ninguno la pone fácil, pero lógicamente los partidos son más abiertos y lo lindo es que siempre se mira el arco rival y no se piensa tanto en el arco propio, eso sin duda que favorece al delantero.
¿Cuál fue la defensa que más lo hostigó en las 17 jornadas?
La defensa de Cruz Azul fue bastante difícil, no tuvimos muchas chances de gol y después lo poco que me tocó jugar con Chiapas también, aunque esa ocasión también fue factor la cancha en malas condiciones por la lluvia y no pudimos hacer bien nuestro juego, y por último la del América en el segundo tiempo, porque se cerró mucho en su arco.
En su carrera había marcado varios tripletes, ¿pero recuerda alguna tarde de cuatro goles, como contra Tijuana?
No, es la primera vez; en partido oficial sí me había tocado convertir en partidos de Sub-20 o reservas, pero en la Liga principal es la primera ocasión y es un brochecito a lo bueno que me tocó hacer en todo el campeonato. Por ser primera temporada en México, es una buena marca de goles y estoy contento.
¿Ya surgió la mejor versión de Mauro Boselli?
No, no, esto es un proceso que empezó con mi llegada y se va coronar cuando podamos conseguir un título; siempre miro objetivos grupales más que individuales y voy a estar contento, a reír, cuando consigamos un título, ya sea este al inicio de Liguilla y Libertadores es un top, es lo máximo que uno puede aspirar como jugador sudamericano.
Entrando al tema de la Libertadores, ¿hay alguna semejanza entre el Estudiantes campeón en 2009 y el León de hoy?
Con Estudiantes nos basábamos mucho en defender primero el arco y ya después pensar en el arco rival y con León la similitud está en la tenencia de balón; la mayor virtud nuestra era que siempre teníamos la posesión de la pelota y eso creo que se asemeja con lo que hacemos en León; siempre tratamos de manejar nuestro partido y de tener nosotros la posesión de la pelota para atacar al rival y se asemeja también en la unión del equipo: siempre se trabaja en grupo.
¿Hay un equipo que le gustaría enfrentar por revancha o reto en Libertadores?
No tengo problema con ninguno, pero si me das a elegir evitaría la mayoría de equipos argentinos y brasileños, porque son los de mayor experiencia en Libertadores, pero en general el que está en esta competición se convierte en un equipo difícil automáticamente, así que habrá que esperar y salir con todo a cada juego.
¿Para qué está hecho este León en una Libertadores?
“Hay que ver el grupo, para mí la Libertadores es un torneo que conforme van avanzando los juegos y viendo el papel que vas teniendo te das cuenta de qué puede suceder, no importa mucho el cómo llegues. Con Estudiantes (De la Plata) arrancamos perdiendo de visita y al final salimos campeones...
¿Cuál es el estadio que más presiona en este torneo sudamericano?
El de Cruzeiro, el Minerao es el campo donde me tocó jugar y sin duda que es difícil, complicado porque equipo y afición saben hacer sentir su localía y claro que vives amenazas, controversia de declaraciones previas y posteriores a un juego; la afición hace su papel pero es precisamente lo que hace diferente a una Libertadores.
De sus ocho goles que le dieron el título continental en 2009, ¿cuáles son los más significativos?
Los dos de la semifinal con Nacional, porque fue un partido muy complicado, sin público de Estudiantes y pudimos salir adelante con dos lindos goles, uno por arriba del arquero y otro eludiéndolo; a ese sumaría el de la final, porque había una revancha con Cruzeiro, por la dificultad y por lo significativo del campeonato.
¿Cómo sudamericano cómo vive una Libertadores?
Es distinto a cualquier competición, te toca ir a países que no se pone nada fácil, con la altura, aficiones que influyen mucho, que sientes la presión y al final debes ser inteligente para salir avante, para hoy vamos a tomarlo como un reto.
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