viernes, 17 de octubre de 2014

¡Incondicionales!


Unos 500 aficionados de Chivas se congregaron en el hotel de concentración para recibir a su equipo. Foto: El Sol de León.
El Sol de León
18 de octubre de 2014

Jesse Villalpando Zamora

León, Gto. - La fidelidad no se compara con nada y es que aunque las Chivas Rayadas no han tenido el mejor de los torneos, su gente del bajío los arropó de buena manera, en lo que fue su llegada al hotel de concentración en la ciudad de León.

El arribo del Rebaño Sagrado a la capital cuerera estaba contemplado alrededor de las 5 de la tarde, sin embargo, la llegada se dio 10 minutos antes de la 7 de la noche, por lo que sus seguidores tuvieron que aguardar por casi un par de horas a las afueras del hotel, pero la larga espera no fue argumento para que las porras, los cánticos y el entusiasmo decayera, al contrario, los cerca de 500 aficionados se motivaron mucho más con el paso de los minutos y vaya que se entretuvieron en cada ocasión en la gente de la Fiera les recriminaba algo en su paso por el bulevar Adolfo López Mateos.

Con la bandera, el rostro maquillado y por supuesto, con la playera bien puesta, la gente del chiverío se fue congregando no importando el faltar al trabajo o a las clases vespertinas, el aficionado del Guadalajara en tierras guanajuatenses entendió que hoy más que nuca el apoyo de su parte es indispensable.

Por fin antes de que dieran las 7 de la noche, apareció el autobús oficial de las Chivas perfectamente custodiado por varias patrullas de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato, y el primer hombre que bajó del camión fue un directivo, Mariano Varela, quien apenas ayer retornó a la institución junto al "Güero" Real.

Los gritos ensordecedores fueron para el nuevo "pastor" y es que el "¡Chepo, Chepo!" se dejó escuchar, retumbó cuando José Manuel de la Torre apareció a escena y éste tímidamente esbozó una sonrisa y saludó, para caminar rápidamente y ascender por las escalinatas del hotel.

Posteriormente los gritos y las ovaciones fueron para Aldo de Nigris, Omar Bravo y un Ángel Reyna quien fue llevado por un escolta del mismo club; quienes se dejaron consentir unos instantes fueron Carlos Fierro, Toño Rodríguez y el "Pato" Araujo, todos accediendo a la firma de un autógrafo o a la foto del recuerdo; otros elementos como el "Chatón" Enríquez, Giovanni Hernández y Kristian Álvarez no pararon en su andar y sólo levantaron los brazos.

Pese a que los jugadores tapatíos rápidamente fueron guiados a sus habitaciones, en la planta baja del hotel la fiesta y los cantos continuaron por casi una hora más, pocos se fueron y los que se quedaron lo hicieron con la ilusión de ver nuevamente de cerca a sus ídolos.

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