Cuentas pendientes

El Sol de León
2 de mayo de 2015

Jesse Villalpando

León Guanajuato.- Contrario a lo que se pudiera pensar al menos de inicio, la rivalidad entre León y Puebla tiene a la palabra descenso como a su principal protagonista.

Será el destino, la casualidad o las rarezas del futbol, lo cierto es que la Fiera podría esta tarde pagarle con la misma moneda a los de la Franja, tal y como pasó en el 2002.

En la cancha del Nou Camp se jugaba la fecha 18 del Verano 2002, León que aparecía en el fondo de la tabla porcentual se presentaba en la cancha del Nou Camp ante Puebla, con el único objetivo de sacar las tres unidades que le permitieran salvar la categoría por una semana más.

El duelo no empezó del todo mal para los Esmeraldas, el "Potro" Gutiérrez puso el primer tanto al minuto 41 y Nelson Esqueda a pase de Ulises González colocó el 2-0 que hacía soñar a la oncena dirigida en ese entonces por Rafael Chávez Carretero.

Pero en un abrir y cerrar de ojos el sueño de seguir en la máxima categoría se esfumó, el Puebla con una bravía reacción colocó la estocada final a un descenso anunciado. Doblete de Marco Capetillo al 69´ y 75´, así como Rafael Garzón al 85´ de tiempo corrido, fueron los verdugos de un León que tardaría diez años en retornar al máximo circuito.

En aquel León figuraban gente como Aldo Díaz, Raúl Gutiérrez, Nicolás Sartori, Guillermo Calvillo, Omar Flores, Guido Alvarenga, Edson Astivia, el "Cuate" Marco Mendoza, Ulises González, Misael Espinoza y el chileno Rodrigo Valenzuela.

Mientras tanto, en ese Puebla del "Zurdo" López estaban Christian Martínez como meta suplente y quien ahora se encuentra justo en esa misma posición pero ahora con León, así como Oscar Mascorro, pieza clave en el ascenso de los Verdes en el 2012.

Esta tarde en el Universitario de la BUAP, el León de Pizzi podría sepultar al Puebla del "Profe" Cruz en la división de plata. Para consumar esto, la Fiera debe ganar y los Leones Negros vencer el domingo al Veracruz, con esto los camoteros verían la misma maldita suerte que enterró a los Esmeraldas en el 2002 como locales y a una fecha de terminar la campaña regular.