DANIEL GILBERTO MARTÍNEZ / Publicada el 26/11/2015
Cualquier pretexto fue bueno para ver el juego de la Fiera y reunir a la familia.
Cuando frente a la pantalla y sin dejar caer la cerveza ves a una fiera arruinada 4-1, lo último que muere es la esperanza.
El bar Fiera Verde cerró triste ayer por la noche, León había perdido y muchos de los aficionados que comenzaron a beber con la sonrisa de oreja a oreja, se fueron cabizbajos.
“Mínimo hay que sonreír para la foto, ya que más”, decía uno de los meseros del recinto que apresurado a atender a sus clientes quienes estrellaban la botella de cerveza en la mesa con cada error de León.
El festejo era mayor cuando León se acercaba a la portería contraria, pero cuando América anotaba todo estaba en silencio
Solo se rompía por el sonido de la transmisión del juego en TV.
“Ahora nos tocó pagar, nos quedamos con ganas de que el compa nos pagara pero ni modo”, explicó Javier, mientras Alan Rodríguez en la mesa sonreía y amenazaba con no llegara casa de tan mal que saldría aprovechando la apuesta que ganó.
Después de 90 minutos, los meseros sabían que la propina no sería la mejor, porque cuando pierde León, pierden todos.
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