Pasión a toda prueba

REGINA YÉPEZ / Publicada el 29/11/2015

Aficionados del León celebran el gol de Mauro Boselli, desde la tribuna de Puerta 5.

Ni la cábala de Pizzi, ni el gol de Burbano, ni el de Elías, ni la presencia de Boselli, ni el 2-1... nada le sirvió a La Fiera que sí, venció a las Águilas en la cancha pero perdió lo que más le importaba: el boleto a semifinales.

La afición no perdía la confianza, menos el plantel que antes de que iniciara el partido, se reunió frente a su banca con todo y los suplentes, ¿vestidor roto?, ¿conflictos internos?, ¡esas son sólo habladurías e inventos!

León estaba más unido que nunca, en su casa, ese bastión en el que se convirtió el Nou Camp desde que el Apertura 2015 inició y eso bastaba; ¡Goooo...!, ay “Gullit”, te encanta jugar con esa afición que llegó al inmueble esmeralda con el Jesús en la boca.

Pero ahí estaba Paul Aguilar listo para entretenerlos con sus actuaciones dignas de cualquier Óscar; ya sabemos a lo que podría dedicarse el “22” de las Águilas cuando se retire del futbol, si Cuauhtémoc Blanco lo hizo ¿por qué yo no?

Ya entrados en gastos, y pensando en lo que sucedería si el 0-0 se mantenía, hasta Nacho González analizaba su futuro, ¡seguro será juez de línea!, para hacer sufrir a los jugadores así como le hicieron a él cada minuto contra América.

Pero Burbano suspendió todas esas cavilaciones pues el 1-0 ya estaba en el tanteador antes del descanso; ¿ya ven Osvaldito y Arroyo?, los goles se anotan sin tantos adornos.

Lástima que luego entró Benedetto y cayó el gol del empate, y Pizzi indeciso no sabía si meter a Marco Bueno o no, aquel se regresaba, se volvía a poner la casaca, se la quitaba... todo un relajo, igual que en la tribuna, la cerveza volaba, los conflictos y golpes comenzaban.

De poco sirvió el gol de Elías Hernández; 90 minutos no fueron suficientes para una Fiera que murió de cara al sol, buscando resolver una serie que se cerró hace mucho y no en el Nou Camp, sino en el estadio Azteca.