domingo, 15 de febrero de 2015

Por Montes

Día del amor... por Montes
REGINA YÉPEZ / LEÓN, GUANAJUATO Publicada el 15/02/2015

Luis Montes entró al campo en el sitio de Omar Bravo, lo que generó una enorme ovación. Ya en el juego, el “Chapo” se lució con media docena de pases e incluso se acercó al área enemiga, tratando de rematar.

Nunca tantos flashes habían apuntado a la zona en la que siempre queda olvidado el cuarto árbitro; las cámaras y celulares estaban listos para guardar ese momento que la afición extrañaba, la de Luis pisando otra vez la grama esmeralda.

La presión de la hinchada leonesa hizo mella en Juan Antonio Pizzi, quien aguantó el cambio hasta que ya no pudo más. ¡Montes, Montes!, la gente gritaba desde que el complemento inició y León ya ganaba 1-0; ¡Montes, Montes!, también después del 2-0; ¡Montes, Montes!, bueno, ¿pues a qué hora?

Al 77’ de acción, el Nou Camp volvió a vibrar mientras el “Chapo” se quitaba la casaca, entregaba nervioso la tarjeta de cambio y esperaba a que Eduardo Galván diera la indicación.

Éste aprovechó para saludarlo y desearle suerte, igual que el jovencito Jairo González -ya tendrá algo que contarle a sus amigos-; Martín Bravo le dio un último abrazo y la tribuna explotó.

Los aplausos no se hicieron esperar. De pie, la afición disfrutó más este reencuentro que la suma de los tres puntos que tanta falta le hacían a León, y que ahora significan una semana más de tranquilidad.

Hasta sus compañeros cooperaron en su regreso; cualquier balón iba a sus pies: de Navarro, de Nacho, de Elías... el objetivo era que Luis se luciera con ese talento y carisma innatos que hasta en las prácticas sale a relucir.

El arco se grabó en la mente del “Chapo” desde el primer minuto de los 15 que jugó, esa portería que conoce tan bien y que también lo extrañaba, así como la afición, esa que lo arropó, celebró y aplaudió su regreso. Así como sabe la hinchada esmeralda, así como Montes se lo merecía.

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