Dejan mudo al Maracanà

El Sol de León
10 de abril de 2014

Luis Hernández

Río De Janeiro, Brasil.- Para entender la relevancia del triunfo del León la noche de ayer en Brasil, basta hacerse una pregunta: ¿Cuántas veces se puede ver a un Maracaná enmudecido? Y es que literal, la actuación de los Verdes en la cancha del mítico inmueble carioca terminó por llevar a la "Raça Rubro Negra" por una montaña rusa de sentimientos. Los llevó de la pasión a la emoción, después de la felicidad a la tristeza, y finalmente del orgullo a la vergüenza.

Eso sí, por apoyo por parte de los cariocas no quedó. Desde antes del inicio del encuentro las pletóricas tribunas de la catedral del futbol brasileño ya vibraban con cánticos de la hinchada del Megao que adornaban el graderío con enormes banderas rojinegras. Todo tenía esas tonalidades salvo un pequeño espacio en la parte superior de la enorme y casi eterna cabecera del Maracaná, ahí había una pequeña manchita verde, un grupo de poco más de 30 aficionados vistiendo el verde y el blanco del campeón del futbol mexicano.

Era evidente que no todos eran fanáticos del León, sin embargo usar la playera de la selección nacional era también una muestra de apoyo a la Fiera y al balompié tricolor además de un pasaporte directo a la felicidad por el beneplácito que genera ver a un equipo de nuestro país festejando un triunfo fuera de sus fronteras y sobre todo en un estadio donde regularmente los locales solían sentirse invencibles.

Eso es lo bello del futbol, que nada está escrito, que las estadísticas son un punto de referencia mas no una página del destino, son un parámetro. Para comprender que las cifras no pueden dar como definitivo un pronóstico curiosamente también basta con hacerse una pregunta: ¿Cuántas veces se puede ver a un Maracaná enmudecido?