sábado, 26 de abril de 2014

El campeón sigue vivo


Los Esmeraldas sacaron la victoria del Caliente 2-1 y esperan resultados

Los leoneses ahora esperarán combinaciones para saber si avanzan.
  Óscar Jiménez /Abril 26, 2014

LEÓN, Guanajuato.- Agrio festejo, impregnado de vergüenza deportiva. No podía ser de otra forma después de seguir con vida gracias a las matemáticas... Y a ese amor propio que escondieron durante buena parte del semestre.

LOS PARTIDOS

  Los Panzas Verdes jamás habían marcado en el estadio Caliente, dentro de la Primera División. Sebastián Maz dejó la racha en 195 minutos con aquel zurdazo que sorprendió a todos (15’), incluso Matosas. Tímido, el entrenador visitante arengó a sus hombres, quienes necesitan que el Morelia, el Atlas y el Guadalajara no triunfen para colarse a la Liguilla.

Eso explicó que Luis Montes sólo levantara el pulgar derecho tras la obra de arte (65’) que oficializó la primera victoria del León en el hogar de la jauría (2-1), la que lo mantiene con vida —aunque sea artificial— en el Clausura 2014.

Todavía cimbrada por el fracaso en la Copa Libertadores, a La Fiera no le quedaba más que jugarse su resto en la frontera norte. El problema es que el desgaste ha sido tanto que Gustavo Matosas prescindió de Carlos Peña, Elías Hernández, Mauro Boselli, Matías Britos y Edwin Hernández, titulares habituales. Preludio del adiós... Hasta que William Yarbrough puso el ejemplo al resto.

Los Xoloitzcuintles de Tijuana requerían un empate para sumarse al Cruz Azul, el Toluca y los Pumas como los clasificados a la Liguilla, así es que dinamitaron el área guanajuatense desde el silbatazo inicial de Roberto García.

Darío Benedetto y Jaimen Ayoví se plantaron ante el rubio meta visitante, quien triunfó en ambos mano a mano. Comenzaba la resurrección del monarca.

Los Esmeraldas durmieron como octavos de la tabla, máxima posición a la que aspiran. Sus 23 puntos dan para eso.

Y soñar con rescatar el complicado semestre dentro de la fase final. Por eso, el director técnico charrúa mutó en fiera después del desafortunado desvío de Juan Ignacio González. El León caminaba tranquilo a la victoria, pero lo suyo es el drama.

No importa si es involuntario. Yarbrough detuvo todo lo ensayado por los norteños, mas quedó desarmado con la intervención de su compañero. El balón disparado por Cristian Pellerano rodaría tranquilo hacia sus manos, pero el destino se encaprichó en generar sufrimiento entre los aficionados al todavía monarca, que se resiste a entregar la corona.

Benedetto estuvo a centímetros de arrebatársela. El esférico cimbró el travesaño y los corazones leoneses. También el de César Farías.

El estratega de los Xolos lanzó improperios. Sí, su clasificación está en suspenso, al igual que la de un conjunto que pudo haber reaccionado demasiado tarde. Por eso, El Chapo sólo levantó el pulgar. Con pena, mas el campeón vive.

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