DANIEL MARTÍNEZ / Publicada el 18/01/2015
Simpatizantes del Club León aprecian el juego entre los esmeraldas y Tigres, por la jornada 2 del Clausura 2015.
A la barra de Nuevo León le llovían insultos y miradas de enojo, llegaron como intrusos al “glorioso” pero se fueron como pavorreales, mostrando sus colores amarillo y azul.
Durante el partido, Irazú Parra de la Puerta 5 gritaba al viento lo mal que se miraba la escuadra regia en el campo; “Si los de América los humillaron por qué nosotros no”, en clara referencia a la última final de México.
En un primer tiempo tibio, lo único que era más frio que el juego eran las cervezas, que se agotaban rápidamente.
Sin importar que el viaje durase más de 10 horas, de Nuevo León hasta el Bajío, los regios llegaron para alentar con gran fuerza cada acercamiento de su club al corazón del área verdiblanca, hasta el segundo tiempo cuando por fin, despertaron por completo. “Gol” fue el rugido de los aficionados y jugadores Tigres, que silenció a los de León.
No había donde esconder la cabeza y los únicos que festejaban eran los 300 tigres enjaulados en un rincón del estadio.
Hubo alguien que festejó a lo grande, era la “tigre chica”, quien no se cansó de brincar durante todo el partido.
“Ahora sí, la cuenta pendiente que teníamos ya la saldamos, vinimos para ser letales, los mejores”, decía al viento la joven aficionada de Nuevo León.
Ya no había nada que hacer, la afición esmeralda intentó resucitar, pero lamentablemente para ellos, no hubo oportunidad.
José Rivas, fue el verdugo para los más de 28 mil asistentes que buscaron apreciar una victoria de León.
Con los ánimos abajo, la única manera de recuperarse fue ir a la Feria, a donde gran parte de la afición esmeralda huyó, cuando los Tigres llevaron la victoria a casa.
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