miércoles, 16 de junio de 2010

La Vida en Rosa

PERIODICO EL SOL DE LEON

Darío Miranda "La Vida en Rosa"
La vanidad lo obligó a retirarse. Foto: Eduardo Maceira / El Sol de León.

El Sol de León
16 de junio de 2010

Omar Oseguera

León, Guanajuato.- Portero del León de 1967 a 1980, Alguna vez Seleccionado Nacional Fiestero, humilde y a la vez vanidoso.

Su nombre: Darío Miranda, mejor conocido como la "Pantera Rosa".

Un ídolo en su época y un arquero que marcó un parteaguas con la vestimenta de los guardavallas.

Este señor visitó las instalaciones de esta casa editora para recordarnos un poco aquellos tiempos en los que fue jugador felino, y en los cuales hay un sinfín de anécdotas que se salen del librito.

Para empezar, hay que saber cuál fue el motivo por el que Darío Miranda colgó los guantes.

"Por vanidoso, yo no iba a aguantar en la banca, me dieron el 12 en 1980 y yo siempre utilizó el 1, y pues yo dije a ser suplente no gracias. Lo que pasa es que ya los entrenadores empezaban a traer a sus jugadores y pues los tenían que meter, quién va a jugar de Odín y de Roldán, pues Odín, para qué nos hacemos tontos, entonces a mí me dieron el 12 y me dijeron que me iban a pagar muy bien, pero yo les dije que no, que gracias, suplente nunca", señaló la Pantera leonesa, famosa por sus llamativos uniformes.

Y es que, aunque muchos lo nieguen, el ex jugador del León, Atlas y Chivas, asegura que él fue él quien innovó con los colores en las sudaderas de arqueros.

La causa de esa innovación, merece ser contada:

"Es muy bonito recordarlo, iba a México a jugar contra Pumas y se me olvidó mi suéter oscuro con el que jugaba, y llegando le digo al profe Nogueira: se me olvidó mi suéter, deme chance de ir al Zócalo, pues vaya... Y ahí en unas famosas tiendas de Milano pase y vi un suéter rayado rosa, ni suéter era, y dudaba y pasaba y pasaba y la veía y dije bueno, cuánto va a ser, 70 pesos, me la llevo, y no quise enseñarla hasta que iba a jugar, salimos y me manda hablar el árbitro y me dice venga para acá Miranda, así va a jugar, sí señor, qué algún problema, no sólo le pregunto porque todos los porteros sacan oscuro, pero no hay problema, y de ahí la gente se quedó con buena impresión, y ya después el estadio se llenaba porque miles de personas querían ver mi vestimenta", cuenta el ex portero.

De ahí, vino el apodo impuesto por don Ángel Fernández:

"En un partido contra Necaxa yo estaba con la vestimenta y estaba narrando Ángel Fernández y dijo paradón de Darío Miranda pero suelta el balón y como pantera se revuelca, y de ahí empezó, se relacionó con el personaje".

En la actualidad son muchos los porteros que utilizan colores llamativos en sus suéteres, dejando a un lado el tradicional negro de épocas pasadas.

Jorge Campos, para muchos el mejor portero que ha dado México, es tal vez el que más famoso se hizo por sus indumentarias. Con él, Darío Miranda alguna vez habló sobre el tema.

"Me habló una vez estando él en el Atlante, profe sí es cierto que me demandó, no Campos que le demandé de qué... nooo. Campos tú síguetela poniendo me haces más famoso a mí, porque antes de hablar de tí hablan de mí primero. Ahorita no soy vanidoso, pero soy más conocido que cuando jugaba", apuntó.

Sin embargo, no todas son cómicas o buenas aventuras, en el 73, jugando una final ante el Cruz Azul en el estadio Azteca, la "Pantera Rosa" se dio cuenta que el fútbol no perdona.

"Fue en la final contra Cruz Azul en el 73, estaba el estadio lleno con 130 mil personas, y a la ahora de estar calentando me dijo Nogueira; Miranda no va a jugar sin espinilleras, y le dije profe no estoy acostumbrado, y me dijo todo se vale, y a los 30 minutos una pared que hizo Eladio Vera con Bustos, a la hora que se enfrentó a mí, no pensó que yo ya lo tenía enfrente y me la quiso tocar a un lado, rechacé, el balón quedó a la deriva y a la hora que yo me lancé levanté la pierna y con la punta del zapato me pegó en la mera espinilla fracturándome tibia y peroné... El hubiera no existe pero si hubiera tenido espinilleras no pasa nada".

Ahora que, volviendo a las anécdotas chuscas, la siguiente es recordada por el veterano portero leonés como la mejor en su carrera como profesional:

"Me acuerdo que estando en el estadio Jalisco, jugábamos contra la U de G en la noche y yo no había podido ir al baño toda la semana, entonces, ese día antes del partido, le comenté al doctor y me dio una pastilla, y estando en el partido en el segundo tiempo me dieron ganas de ir al baño, fui con el árbitro y pues le dije que me dejara ir a l baño que ya no aguantaba, fui al baño, hice del baño, todavía agarré un cigarrito y una coca cola, llegué muchas gracias señor... es una cosa que yo nunca he visto en el mundo, cuando me preguntaron al final yo dije que se me habían roto los calzoncillos y unos tachones se me cayeron y el masajista no traía y pues tuve que ir a mi maleta...".

Hoy Darío Miranda trabaja en una escuela de gobierno entrenando a un grupo de jóvenes. A sus 63 años de edad, puede disfrutar de la fama que el fútbol le dejó, sin embargo, sabe que tomó malas decisiones que hoy tuvieron sus dolorosas consecuencias.

¿Tiene familia, hijos don Darío...?

"No. Familia no tengo, lo que pasa es que cuando llegó Washington Etchemendi al León, llegó y dijo quién es el que está de portero y dije yo señor, pero cómo va a ser usted está muy delgado, está muy flaco, pero ya tengo 8 años de titular y nadie ha dicho nada, no yo quiero jugadores fuertes, cuánto pesa Miranda me dijo, 62 kilos, cuánto debe pesar, 78 por lo menos dijo el doctor, y yo en la torre... Me subieron a 80, pero me pusieron hormonas, silicones, y yo con tal de que no me sentaran ponía la nalga. Y pues me casé, me hice un estadio y pues me dijeron que no podía tener hijos porque me amolaron...".

Así de triste y alegre es y fue la vida como futbolista de la "Pantera Rosa", un tipo que está en los mejores eventos y que hasta una calle de la ciudad, lleva su nombre.

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