sábado, 5 de marzo de 2016
Ni ladran, ni rugen
REGINA YÉPEZ Publicada el 2016-03-05 11:33:31
Ni ladran, ni rugen
Elías Hernández, mediocampista del Club León, realiza un disparo ante la mirada de Carlos Guzmán, Javier Gandolfi y Federico Vilar. Foto: Guadalupe Becerra.
Bastó la vibra extraña que transmitía anoche el estadio Caliente para contagiar a León del mismo mal que aqueja a Tijuana: “empatitis”. Esa rara enfermedad que no padecía el cuadro de Luis Fernando Tena desde el año pasado.
Aunque La Fiera rescató ayer un punto de visita, y además logró mantener la racha más o menos positiva cuando juega fuera de casa, el 0-0 no dejó contenta, en lo absoluto, a una afición verdiblanca acostumbrada a ver un equipo que generaba, proponía y la mayoría de las veces, convertía.
Es también el tercer partido en el torneo (tras 73 jugados) que termina sin una sola anotación. Le precede el América-Puebla de la primera jornada y el Veracruz-Pumas en la pasada fecha de la Liga MX.
Fue hace casi un año, ante Toluca y en el Nou Camp, cuando León vivió su último empate; ayer lo experimentó nuevamente en un juego infumable que tanto por televisión como en vivo, arrancó bostezos al por mayor.
No era para menos, el duelo fue muy disputado en la media cancha desde que inició y con dominio alterno, salvo una jugada al minuto 37 que inició Elías Hernández y la cual no pudo concretar Hernán Burbano por la banza izquierda. Lo más emocionante de un primer lapso para el olvido.
Algo habrá dicho el domador Luis Fernando Tena en el vestidor, pues en el complemento, La Fiera salió al terreno de juego con otra mentalidad y una nueva idea: vencer a Federico Vilar para poder sumar más puntos a su causa.
Ésta fue puesta en práctica desde los pies de Efraín Velarde que al 48’ de tiempo corrido, le puso un balón preciso a Hernán Burbano, el colombiano se levantó en el área, se sacudió la marca de Leiton Jiménez y Javier Gandolfi pero su cabezazo se fue desviado.
Tijuana también despertó, y con el examericanista Gonzalo Díaz en la cancha, casi superó a William Yarbrough por conducto de Dayro Moreno y minutos después, también con Paul Arriola, quien le cambió la cara a Xolos.
El joven aportó velocidad y frescura al ataque fronterizo y fue en ese momento cuando Yarbrough salvó a una Fiera que de pronto, se desapareció a la ofensiva ante la desesperación y ansiedad que siempre dejó ver Germán Cano.
Hauche, Moreno, Arriola... los Verdes ya no sentían lo duro sino lo tupido cuando Xolos iniciaba un contragolpe, afortunadamente una y otra vez, el arquero felino salvó a su equipo mostrándose concentrado y con seguridad bajo los tres palos.
El tiempo no alcanzó a ninguno de los dos equipos, ni Cuevas, Montes y tampoco Marco Bueno pesaron en el planteamiento de Tena que puso los pies de los Verdes de regreso en la tierra con el 0-0, descubriendo que no todo es blanco o negro sino también con tintes en gris, incierto, así como todo el futbol mexicano.
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