Recuperado de un esguince, el ariete confesó que aún siente molestias y dolor al jugar, pero asesorado por los médicos, jugará, pues dice que no le trae contratiempos para tomar ritmo.
"Tendría que esperar dos o tres meses para que me deje de doler, pero con los tiempos del futbol, no se puede dar, y en lo personal quiero estar, nunca me había pasado estar 6 semanas sin jugar", dijo.
Preguntado también por quien se sentiría más cómodo jugando, Boselli lo sabe: cualquier es bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario