De manera increíble, el "Chapo" perdonó el 2 a 0 apenas arrancado el complemento, un balón inmejorable dentro del área con Moisés Muñoz vencido y que echó fuera al pegarle con mucha violencia.
América obsesionado por evitar que La Fiera lo pasara por el centro, parecía lento al contragolpe, carente de ideas pero siempre peligroso. Cuando Pizzi se dio cuenta que las ideas se agotaban, mandó al campo a Marco Bueno, para luego ver dos atajadas enormes de Yarbrough, una de ellas a Oribe Peralta pegada al palo.
El partido iba a ser así: con llegadas en ambos lados, unas muy claras, como aquella que Boselli volvió a tener con la cabeza y que otra vez mandó fuera como si no fuera el certero campeón de goleo.
Y es que en ese duelo de ofensores, Benedetto, que ingresó por Oribe, no perdonó y puso el 1 a 1 con un golazo al ángulo desde afuera del área que enmudeció a los felinos. El ánimo del León decayó pero al esfuerzo extraordinario de algunos como Nacho González, quien robó una pelota en la salida del América que terminó en gol de Elías Hernández dentro del área, cuando sólo restaban 3 minutos al partido.
Ya no hubo para más, ni para centros desesperados a un Novaretti que entró como nueve.
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