domingo, 14 de abril de 2013

Nadie se lo quiso perder



Poco a poco, los aficionados colmaron el estadio y sus inmediaciones en busca de un lugar privilegiado

Por Óscar Arracche | Abril 14, 2013

Desde horas antes del partido, la afición que hizo una espectacular entrada, arribó al estadio Nou Camp. Foto: Correo


LEÓN, Guanajuato.- Tuvieron que pasar, 10 años, 2 meses y 22 días de la  última visita del América a tierras leonesas y era momento de char un vistazo a este partido en el que se vieron las caras dos viejos conocidos y protagonistas del futbol mexicano.

Desde la mañana del sábado centenares de aficionados, no perdieron la oportunidad de sacar sus playeras tanto del León, como del América y es que no era para menos, pues es un duelo en el que una ciudad se puede dividir.

Lejos de esperar las consignas de uno y otro bando, la situación fue diferente, pues hubo parejas, niños y familiares que se dividían ante la pasión que despertaría el partido.

La reventa, los que se quedaron afuera, los que hicieron circo maroma y teatro para entrar, no se podían perder este trascendental compromiso que sin duda atrajo más de una apuesta.

Momentos antes de ingresar al estadio, se dieron ligeros conatos de bronca que nos llegaron a mayores, pues siempre estuvo presente la fuerza pública apaciguando a los rijosos  

La llegada del América, normal entre un importante cerco de seguridad y con poco saludos a los millares de americanistas que al menos, esperaban un saludo de sus ídolos.  Por su parte León llegó sin contratiempos y con los felinos saludando a su fiel afición.

Una vez dentro del estadio, la gran mayoría fue de parcilidad leonesa, mientras que en la cabecera poniente,  una mancha color amarilla y azul provocó el abucheo generalizado.

En la cancha, los verdes si salieron a calentar, mientras que los de Coapa no reconocieron el terreno y salieron hasta la ceremonia protocolaria.

En el desarrollo del partido, era normal ver parcialidad de ambos equipos, pero con un res-peto que sólo puede provocar el arribo de un equipo grande de México, como lo es el América.

León con su tanto de penal de Matías Britos, puso a soñar a la fanaticada y por el otro los azulcremas tenían que soportar la burla de los conocidos, aunque el gusto no duró mucho ya que el gol de Benítez se escuchó con fuerza en la minoría americanista.

Por el mismo desarrollo de un partido en el que tuvieron que igualar, hubo los gestos de impotencia por ambos lados y los gritos de gol se quedaban en el tin-tero a la espera de ser explotados.

El partido terminó  y no hubo cuestiones que lamentar, sólo algunos detenidos que intentaron deshacer el orden. Algunos americanistas se amotinaron a las afueras del autobús visitante a la espera de un saludo pero fueron pocos los que accedieron a mostrar una cortesía.

Al final de la jornada ambas aficiones se retiraron con la alegría de haber perdido, pero la amargura de no sumar los tres puntos. Pues para ambos pudo ser peor... o mejor.

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