lunes, 6 de agosto de 2012
Se dejan ver
Se dejan ver panzas verdes en La Bombonera
Foto de Victor Hugo Larios Ulloa, enviado especial a La Bombonera.
León conoció la derrota por primera vez en la Liga MX, pero su afición en ningún momento estuvo dispuesta a bajar la cabeza.
Por REDACCIÓN / Victor Hugo Larios Ulloa
Publicada el 08/05/2012
León conoció la derrota por primera vez en la Liga MX, pero su afición en ningún momento estuvo
dispuesta a bajar la cabeza y hasta con el marcador sentenciado en su contra, a una sola voz se
cantó en la cabecera visitante del Nemesio Diez “Caminos de Guanajuato”, canción que remarca que
hay “respeto al que gana”.
Los esmeraldas estuvieron siempre con la mirada fija al marco contrario y minuto a minuto, aún en
cancha ajena, apedrearon el marco del arquero de los diablos Alfredo Talavera, que una y otra vez dejó
el alarido de la visita ahogado en la garganta.
Antonio Naelson “Sinha” desparramaba rivales en el césped mientras el duelo de ruido y gargantas
de portería a portería no cesaba, pues ni la Perra Brava de Toluca, ni mucho menos la avalancha de
panzasverdes dejaban de cantar y aplaudir el desempeño de los suyos dentro del campo.
Después de la muestra de contundencia que daban los diablos a la Fiera, cuando agonizaba el primer
tiempo, un riflazo de Burbano daba esperanza a los verdes, que en la tribuna, en lugar de tomar
descanso, soltaron el aliento completo en un carnaval fuera de casa.
“Se espantaron” opinaba un aficionado esmeralda. “¿Nos empataron?” preguntaba un diablo, pues con
el ruido en la cabecera de sombra era tan fuerte, que por un momento creyó que la Fiera había marcado
la igualada.
Un gol anulado servía para incrementar las palpitaciones y meserse de rabia y decepción los cabellos,
pues el rugido de gol se quedaba de nuevo en el intento, aunque los esmeraldas, dentro y fuera del
campo, no paraban de ir al frente sin descanso.
Entre la afición verde, oriundos de capital mexiquense o de la cercana Atlacomulco, no dudaban en
asegurar que su afición por el León ha sido de siempre y no perdieron la oportunidad de gritarle en
vivo a los suyos, que han seguido a la distancia, pero con el mismo ánimo de un leonés que disfrutó del
esperado ascenso hace apenas unos meses.
Aaron Padilla y su hijo Juan Eder, sentados junto algunos Ultra Verdes, dijeron seguir al León por sus
colores y hasta televisión por cable tuvieron que contratar en casa para seguir a la Fiera en su paso por
la Liga de Ascenso.
Y Jorge Garcidueñas, nacido en la capital del país, pero con melena rubia de León, se llevaba las
manos a la cabeza para lamentar las fallas de su equipo, al que comenzó a seguir hace 25 años cuando
vio por primera vez al mítico cuadro esmeralda encabezado por Tita y Marquinho quedarse con el título
del futbol mexicano.
Jugada a jugada, León se entregó en el campo y a pesar del resultado en contra, la afición que hizo el
viaje hasta la capital mexiquense le agradeció el esfuerzo a sus gladiadores verde y blancos con un
sendo aplauso cuando estos, con la frente en alto, abandonaban el césped del Nemesio Diez que sirvió
de escenario para cortar elánimo de una Fiera invicta en su regreso a primera.
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