Fórmula certera
MANUEL ÁLVAREZ GUEVARA/octavio zúñiga
NOTA PUBLICADA: 10/3/2010
Con el librito bajo el brazo y la ilusión intacta como el primer día, Luis Carlos de Oliveira apostó ayer por su idea futbolística y sumó tres puntos más que tienen al León “más vivo que nunca”.
El estratega brasileño se plantó respetando la idea que le ha ofrecido mantenerse invicto desde su arribo al León y con un experimentado equipo le pegó un contundente impacto al tercer mejor equipo de la liga, los Alacranes de Durango.
Sólido, con eficacia en el frente y eficiencia en la media cancha, el estratega se plantó al lado de sus guerreros que volvieron a darle el respaldo con una actitud intacta en el campo, manejando tiempos y movimientos que los hicieron lucir como un equipo que nunca hubiera estado en los últimos planos de la clasificación.
Pintado se fue como “hilo de media” con los jugadores que le han ofrecido resultados, marcando un movimiento únicamente con Aldo Polo en la titularidad, colocando una verdadera barrera de contención entre éste y Alejandro Corona, quien además tuvo más oportunidad de lanzarse al frente.
Caniza, Ruiz, González y Ruvalcaba fue la primera opción del técnico en la zaga, con Corona y Polo como contención y en los costados, Ceja y Reyes, adelante la dupla de Blas Pérez y Pablo Bonells no sólo repitió, sino que volvieron a hacerse presentes en el marcador.
La fórmula fue certera, León se fue la frente sin modificaciones en el primer tiempo.
El equipo mostró un orden excepcional, con recorridos muy trabajados y parejos, que en ningún momento dieron un respiro a Éder Pacheco, que llegó a León como líder de goleo en la Liga de Ascenso.
El ímpetu que mostró la alienación, le costó unas tarjetas amarillas al León y hasta la expulsión de Bonells, quien no fue capaz de “leer” las condiciones que les puso el árbitro central.
Los cambios no figuraron, pero tampoco desmerecieron en su aparición Nieves, Borgetti y Fígoli.
El árbitro
Mostró muchas ganas de ser el protagonista durante el partido entre los Esmeraldas de León y los Alacranes de Durango, errando el criterio en situaciones similares, enseñando tarjetas con mucha facilidad y ante la más mínima provocación.
La mayor víctima que cobró el quisquilloso arbitraje de Méndez fue el delantero esmeralda Pablo Bonells, quien primero se pintó de amarillo por una supuesta acumulación de faltas y vio la tarjeta colorada, al cometer una dudosa falta sobre Emmanuel Ríos dentro del área chica.
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